Reeducar a jueces y profesores

 “Solo sí es sí” o “No es abuso, es violación” sirven en pancartas pero no para una ley. La norma polémica nació de una muchedumbre convencida de que estaba haciendo justicia en la calle tras la primera sentencia del caso de La Manada. Se alimentó esa ficción callejera de gritos y lemas variopintos que no podía traer nada bueno y esto se confirma ahora. Aquel ruido ocultaba la única verdad: que aquellos salvajes ansiosos de sexo a toda costa en Sanfermines habían sido condenados solo y exclusivamente por los jueces y el sistema judicial español.  

Las descalificaciones a los magistrados por Irene Montero se asemejan a las que también sufren los profesores desde hace mucho. En ambos casos, tras ellas hay unos falsos expertos que quieren desplazar a los profesionales de la ‘justicia’ y de la ‘educación’ para hacerse ellos con el control. A los segundos se les dice que no les basta con que sepan matemáticas o lengua para enseñar a multiplicar o a leer. Y ahora a los magistrados se les reprocha que no saben de ‘perspectivas’.  A ambos se les exigen cursos, talleres, formación... hay que reeducarlos, como hacía Mao.

Estos fanáticos del poder se aferran a negar los hechos que contradicen su palabrería ineficaz antes que admitir sus errores. Si una madre mata a su hija nada tiembla de sus teorías, ni siquiera el corazón y si sigue bajando el nivel de comprensión lectora, solo es culpa de los anticuados profesores que no se adaptan al tiktok. Con la educación, el terreno ya está colonizado, tristemente, pero la Justicia aún resiste. Por eso Irene Montero ha decidido apostar a la Lotería. Así volverá su lema al fondo mágico de donde nació.