La rabiosa doble vara

Se habla poco de la doble vara con la que muchos políticos miden y cartografían su desvergüenza

José Fernández
09:00 • 27 ene. 2023

De niño me fascinaba la historia del metro de platino iridiado que se custodia en el Museo de los Pesos y las Medidas de París y que es una referencia métrica con aire novelesco, tal como pudimos leer años después a Umberto Eco en “El péndulo de Focault”, que es otro mecanismo de precisión literaria también conservado allí. En todas esas vitrinas y salas late una sensación de claridad minuciosa e invariable que conecta las convicciones del hombre con el engranaje esférico del planeta.  Pero ahora que soy mayor pienso que se habla poco de la doble vara con la que muchos políticos miden y cartografían su desvergüenza. Pensaba en esto hace unos días cuando veía las noticias sobre la exposición que una parte del PSOE de la capital (el de la provincia no está en esos folclores) ha montado en la Escuela de Artes para establecer un relato sectario (ellos prefieren decir “didáctico”) de la Desbandá malagueña de la Guerra Civil, uno de tantos episodios terribles sucedidos en todos los frentes de una contienda que ellas y ellos siguen empeñados en mantener viva a toda costa. Y como en la presentación estaba el exalcalde socialista Fernando Martínez, el comisario político que Sánchez ha puesto al frente de la exhumación de todo aquello que los propios supervivientes de la guerra acordaron enterrar para siempre, alguien recordó en las redes sociales que el paso de Martínez por el Ayuntamiento fue más bien ruinoso, en el sentido literal del término. De hecho, cuando el PP sucedió a Martínez en la alcaldía se encontró la caja tan vacía que se vio obligado a pedir un préstamo ¡a la ONCE! para poder pagar las nóminas, porque los bancos almerienses ya no le fiaban ni un duro más al informal Ayuntamiento. Bueno, pues el PSOE actual dice que recordar eso es “hablar del pleistoceno”. Es decir, que lo sucedido en Almería en 1995 es un recuerdo lejanísimo e innecesario, pero lo que pasó nada menos que en 1937 está de actualidad. Ya ven: la rabiosa doble vara de medir. 










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