Eros y Tánatos

La pulsión de la vida y de la muerte. El Eros y el Tánatos. Este fue el tema elegido por Thomas para la tertulia que celebramos en medio de la fiesta de su cumpleaños. 

Después de comer y beber en su jardín, bajo las ramas de un olivo, en su cortijo de Los Alías de Cariatiz (Sorbas), iniciamos la conversación una vez que él expuso una introducción del tema sobre el significado de estas dos pulsiones: unión y disgregación, respectivamente. 

Más tarde intervine para exponer una vivencia propia en la que intuyo la fusión de estos dos dioses mitológicos griegos y su traslación posterior a la psicología de Freud: Era el parto de mi tercer hijo, mi padre había muerto cuando yo estaba embarazada del tercer mes. Las contracciones empezaron a las doce de la noche y el niño nació en los albores del alba. Mientras duraron los dolores del parto las sensaciones que yo tenía eran una fusión entre la vida que nacía y el dolor por la muerte de mi padre. Todos los dolores se concentraban en ese sentimiento. Por primera vez sentí la vida y la muerte juntas. 

Entre los asistentes estaba Rosa, profesora de filosofía del instituto de Sorbas. Ella hizo un análisis perfecto de lo que Freud quiso transmitir con estos dos conceptos. Y acabó su intervención señalando lo que Freud quería decir cuando se refería a que la sociedad occidental caminaba hacía Tánatos. Nuestras vidas están demasiado regladas, reguladas y organizadas, apenas queda espacio para el Eros. 

Esto me llevó a la conclusión de que si nuestras vidas van camino de la destrucción por nuestras condiciones sociales, el Eros se ha convertido en la auténtica libertad, en el único espacio donde podemos ser libres. 

Sin embargo, me atrae más la idea de Nietzsche: “Lo que se hace por amor acontece siempre más allá de bien y del mal”.