Como poseer un libro no hay nada

Mundos muy lejanos al tuyo con un libro se te hacen familiares

La Voz
Beatriz Torres
23:21 • 11 dic. 2024

He tenido la ocasión de conocer las relaciones que mantienen dos cineastas españoles con la escritura, Isabel Coixet y Pedro Almodóvar, porque, como es natural, antes de dedicarse al cine, ambos quisieron ser escritores. Pedro recomienda cuatro novelas para leer y releer a lo largo de la vida, como él hace: “El lobo estepario”, “Rayuela”, “Cien años de soledad” y “2666”. 



Las busqué en mi pequeña biblioteca y allí estaban. Las había leído todas y algunas releído. Menos “El lobo estepario”, que tenía un marcapáginas en medio. Precisamente este fue el primer libro que despertó la curiosidad de Almodóvar por la literatura



Más tarde escuché a Isabel Coixet hablando desde el centro de su gran biblioteca, en la que no cabe ningún ejemplar más, pero como poseer un libro no hay nada, añade. Su primera novela fue “Manhattan Transfer”, la leyó de niña y no la entendía, pero a pesar de eso la leyó. Luego con catorce años la volvió a leer y empezó a comprenderla. Le marcó de tal manera que cuando conoció Nueva York rememoró las sensaciones que esta lectura le produjo



Para ella hay tres libros imprescindibles: “Diario” de Katherine Mansfield, y la primera y la séptima parte de “En busca del tiempo perdido” de Marcel Proust, “Por el camino de Swann” y “El tiempo recobrado”, respectivamente. 



En este caso no he leído ninguna de las recomendaciones de Isabel Coixet, sin embargo, comparto con ella la fascinación de que mundos muy lejanos al tuyo con un libro se te hacen familiares.



Es lo que estoy experimentando con “Martinete del rey sombra”. Un libro que me dedicó Raúl Quinto hace justo un año, y que leo con asombro al conocer la historia real de los gitanos en España, contada con una poética tan bella que así da gusto saber lo que pasó en el siglo XVIII con la Gran Redada. 





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