La marcha de Gordillo

Los seguidores del comandante nacionalista Gordillo estuvieron en Almería y la tranquilidad fue la nota de los dos días que entre nosotros vivieron. No debía ser de otra manera. Se puede, y de hecho se está con la gran mayoría de las reivindicaciones que piden estos andaluces del Sindicato Andaluz de los Trabajadores. ¿Qué nos ha enfrentado a ellos? El grave error de los carros en Mercadona y las lágrimas de una cajera. Tanto, que se han dado cuenta que no les ha servido para nada las largas caminatas por las carreteras. Perdieron cualquier posibilidad de llegar a la gente con aquellos primeros actos de los carros llenos de comida. Juan Manuel Sánchez Gordillo (con sus luces y sus sombras, sus dobles sueldos, sus vuelos en primera y la falta de transparencia en sus cuentas, tanto públicas como privadas) es un hombre que se ha ganado un prestigio dentro de la clase obrera andaluza. El comandante Gordillo, como le dicen algunos amigos, se ha equivocado de una forma grave. Lo que no le costó ante la opinión pública sus dobles sueldos cobrados durante años sin que él se enterase, fue su escusa, le va a costar las imágenes de los carros y la comida robada. Una dura factura a pagar para los más de treinta años de carrera al frente de la lucha del campesinado andaluz. Entiendo que se pusiera enfermo y no estuviera en Almería. Al nacionalista andaluz señor Gordillo se le ha perdonado su vinculación a todo movimiento extremista nacional, incluso  los violentos, pero la imagen de los carros de Mercadona y las lágrimas de una cajera le va a perseguir por años. En Andalucía hay imágenes que no se perdonan.