Abandone o no la organización, tras la salida de Casi no lo va a hacer, Coexphal le ha colocado un rejón de muerte en todo su futuro a Hortyfruta y lo que es peor, a la unión del sector agrícola almeriense. La decisión tomada en la reunión de Coexphal en Pulpí, se cambie o no, ha supuesto un duro varapalo para la interprofesional andaluza. Cuando alguien con la fuerza de Coexphal decide en una asamblea abandonar, los argumentos expuestos han debido pesar mucho en el personal. Se podrán quedar, anular la decisión tomada en su día, recibir presiones, compensaciones u otros berengenales, pero los argumentos para una marcha siguen ahí, seguirán en el futuro y volverán a ser expuestos en cualquier otra asamblea. Si a los sindicatos no les interesa pertenecer a Hortyfruta, si a la más importante organización de cooperativas tampoco, el futuro se lo tiene que pensar y muy bien. El golpe dado, se consiga o no neutralizar por el momento, es demasiado duro como para no plantearse que algo no está funcionando como debiera. La carta de Casi, manifestado su marcha de Coexphal si se marchan de Hortyfruta, pone sobre la mesa un nuevo elemento a tener en cuenta y a analizar en el futuro. Si algo no necesita el sector agrícola almeriense es la división. No sólo se pierden inversiones de Europa, se pierde fuerza en los mercados, presencia en las ferias y poder ante las fuerzas políticas que nos gobiernan. Mucho trabajo por delante tiene Hortyfruta si quiere que la unión del sector agrícola en Almería sea una realidad y no una componenda manipulada desde el poder político de Sevilla. La que se ha liado.
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