Este año os pido que los débiles reaccionen ante los aprovechados poderosos, y que no sigan pagando los platos rotos los de siempre. Os pido también que cese la violencia machista que acabó con más de cuarenta mujeres el pasado año; que no nos aprovechemos de la situación por la que pasan tantas mujeres, y no les hagamos pagar trescientos euros de tasas judiciales para divorciarse de sus maltratadores, porque estamos condenándolas al anonimato y, por ende, a la muerte.
Acordaos de esas familias que cuentan con unos míseros cuatrocientos euros mensuales para ir malviviendo, tras haber dejado de percibir la prestación por desempleo y continuar en paro, que les prorroguen esa ayuda y no se arroje a la indigencia a las casi treinta mil personas que, en Almería se encuentran en esta situación, llévales a ellos oro Melchor.
Queridas Majestades, no me gustaría seguir viendo a la juventud mejor formada de nuestra historia abandonando nuestro País para trabajar, solo por el empecinamiento de no incentivar el crecimiento, a la par que se inyecta dinero solo a la banca, recibiendo a cambio solo condiciones de asfixia económica que pagamos todos. Tráenos la mirra, Baltasar, como antidepresivo para sacar pecho de todo aquello en lo que somos punteros, e invirtamos en ello.
Y Gaspar, de ti espero el incienso que calme los ánimos crispados de la sociedad, fruto de la situación precaria en la que nos encontramos, a la que se une el gran recorte en derechos, y seguir así dando ejemplo de sociedad madura que utiliza la fuerza de la movilización ciudadana, desde la no violencia, como revulsivo de la acción política, al igual que se hiciera en los ochenta; y preséntanos políticos que miren verdaderamente por nuestro País con justicia social, y no por sus intereses particulares
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