El grito de 70.000 firmas

Setenta mil firmas se han recogido en Almería para que el asesino de Rosa Galera cumpla íntegramente su condena. Uno la mía a esa larga lista de hombres y mujeres que la piden. Que la cumpla. Hay tantas Rosas muertas en Almería y en España, que cada día se ve más necesario, por parte de la ciudadanía, un cambio en las leyes. No se ha conseguido lo que buscaba una ley del 94, acabar con el asesinato de mujeres. Seamos capaces de cambiar aquellas de las que se benefician esos asesinos de mujeres. Que cumplan la condena hasta la última consecuencia, hasta el último minuto, hasta el último segundo. Es el clamor que se vive en Fines, en Vicar y en todos aquellos municipios, almerienses o no, que se han visto golpeados por la cruel violencia de género. No podemos seguir volviendo la mirada ante la realidad vivida. Son cientos de mujeres al año las que caen ante sus “amantes esposos”; cientos de mujeres las que se entierran con el único consuelo de las lágrimas de familiares y amigos. Hora era de que tras las lágrimas de dolor y de rabia, familiares y amigos decidieran tomar la calle y exigir medidas contra los asesinos. No se ha acabado aún la labor. Se tiene al impresión de que los políticos son algo insensibles ante las peticiones de los ciudadanos en materia de leyes. No están por tomar medidas. Por eso hay que continuar la lucha y la recogida de firmas; hay que llenar las calles de España de las voces de tantas Rosas como hemos enterrado a lo largo de estos años. Gritar por lo que ellas no han podido. Gritar por la libertad a vivir sin amenazas. Gritar porque esos asesinos cumplan su condena íntegra.