Impensable para Sevilla, real en Almería

La Plaza Vieja es para los almerienses algo más que el corazón de su casco histórico. Es su Plaza Mayor, el eje y el núcleo administrativo y sentimental de esta vieja ciudad. 

Es el lugar donde se ha sentido siempre vivo el pulso cotidiano de la actividad de muchas generaciones de almerienses. La Plaza Vieja o de la Constitución es, también, el lugar donde históricamente han tenido los almerienses su Ayuntamiento, la administración más cercana a las inquietudes y los problemas de la capital de la provincia. 

Desprecio sevillano Y parece que en Sevilla no se enteran de esto. Y no sólo desprecian esta realidad histórica y afectiva para todos nosotros, sino que además reaccionan con soberbia cuando desde el Ayuntamiento se les recuerda que Almería es la única capital andaluza que tiene su ayuntamiento en ruinas. 

No en obras, sino en ruinas. Y es un matiz importante que no debería despreciar también la Junta de Andalucía, pues ellos son los responsables de la rehabilitación de este edificio. Y lo son desde que en el año 2000 se comprometieron a ello, asegurando que la obra estaría lista para 2005. Ocho años después, los almerienses seguimos esperando. 

Rehabilitación Y en lugar de reaccionar con la prudencia de quien es consciente de su reiterado incumplimiento, los responsables de la Junta en Almería han calificado de “lenguaje mafioso” el recordatorio que, en nombre del Ayuntamiento de Almería, realicé públicamente hace unos días, reiterando el ofrecimiento municipal de retomar en solitario la segunda fase de la rehabilitación. Es una mano tendida desde la generosidad y con el único objetivo de evitar la vergüenza de ver a nuestro Ayuntamiento cubierto por una lona que ya empieza a ajarse. No es en modo alguno un ultimátum, como pretenden hacer ver desde la Junta, sino un simple llamamiento a la responsabilidad. Creo que ya está bien de esperas, de dilaciones y de trámites. Ya está bien de que Almería tenga su Ayuntamiento disperso por la ciudad y con el edificio histórico en estado de abandono desde hace ocho años. Pero para rehabilitar el Palacio de San Telmo, en Sevilla, la Junta no tuvo tantos problemas ni tardó tanto. Empleó, eso sí, mármol de Carrara, quizás porque en Andalucía no existen canteras de mejor mármol. ¿Ustedes creen que sería posible que el Ayuntamiento de Sevilla llevara ocho años en ruina? Y ahora pregúntese las razones por las que algo que sería impensable en Sevilla es una triste realidad en Almería.