Lo visto el domingo 1 de diciembre en el Auditorio ‘Maestro Padilla’ sólo ocurre una vez en la vida. De esas veces en las que significante y significado coinciden con rotundidad: ¡Espectacular! Hay peros que ponerle; afortunadamente, pues la perfección es una concepción egoísta del ser humano. Aquí no; en el concierto ‘Bandas Sonoras sin Barreras’ había un sentimiento común, el arte en torno a una visión solidaria de la discapacidad.
Podríamos haber conmemorado el Día de la Discapacidad de muchas maneras. En Verdiblanca este año hemos llamado a las puertas de la creación. Casi 70 artistas se subieron desinteresadamente al escenario.
La versatilidad de Sensi Falán dio un magistral acento castizo a la popular ‘Violetera’, del maestro Padilla, en Luces de la ciudad. Los componentes de la Orquesta Joven pusieron el resto de manera arrolladora. Es indescriptible la capacidad de estos chavales; su meticulosidad en el concierto para violín en Re menor de Bach, en Hijos de un dios menor. Nunca se había visto en Almería a la OJAL acompañando a una banda de rock. Así que cuando los extraordinarios músicos de APOL hicieron sonar los primeros compases del legendario ‘Everybody’s Talking’, de la banda sonora de Cowboy de medianoche, la expectación aumentó para saber hasta dónde llegaría su vocalista, David Sánchez. No decepcionó. Y lo demostró en dos temas más. Le envidiaron con el mítico ‘Strawberry fields forever’, de Lennon, en El regreso; y mantuvo el tipo ante una poderosa Carlene Graham, levantando al público mientras cantaban ‘Boogie wonderland’, de Intocable.
Entre corcheas las deficiencias fueron menos. Sublime el baile rioplatense aflamencado de Anabel Veloso y Alberto Ruiz, el tango de Gardel ‘Por una cabeza’, de Esencia de mujer, el llanto del acordeón Chochi Duré y las caricias de los violinistas Marta Fernández y Darío Rodríguez; que bordaron el ‘Nessun Dorma’ con el tenor Ángel Luis Pérez, como cuando Bardem libera sus ataduras tetrapléjicas en Mar adentro.
Todo un homenaje para los sentidos. Los acordes rumberos los pusieron El Lunático, recordando las habilidades de un joven con Down en Yo, también. Y la sensualidad vino con el pianista Ramón García y el trompetista Antonio Ximénez envolvieron la descomunal voz de Chelo García con ‘Vete’, en Malas temporadas. Y, tras todo ello, el concertino José Vélez; el alma de la OJAL, Paco García y Mercedes Oliver; la escrupulosa regiduría de Sofía Rodríguez, de ‘Productópatas’, y la magistral dirección musical de Michael Thomas. Todo un lujo para hacer de un gran concierto la apertura de nuestras mentes a las personas que tienen habilidades diferentes a las que consideramos capaces.
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