El mensaje que el Rey dirige a los españoles todos los años en la Nochebuena es habitualmente analizado con lupa. Ese análisis abarca tanto el contenido como otros aspectos de forma. Entre estos últimos, en el mensaje de este año no ha pasado desapercibida la foto que Don Juan Carlos tenía en una mesita auxiliar. La instantánea recogía la reunión que el Rey mantuvo el pasado 31 de octubre con la Presidenta de la Fundación Víctimas del Terrorismo, María del Mar Blanco y con los dos vicepresidentes de esta Fundación, Angeles Pedraza y Tomás Caballero.
La reunión tuvo lugar a los pocos días de que el Tribunal de Estrasburgo derogara la conocida como "doctrina Parot. Que la foto de su reunión con ellas formara parte de los elementos que adornaban el ambiente desde el que pronunció su mensaje de Nochebuena fue todo un síntoma. A medida que la actividad terrorista de ETA ha ido disminuyendo, el peligro de olvidar a sus víctimas ha ido aumentando. Y eso es lo que hay que evitar por todos los medios, ya que la deuda que todos los españoles tenemos con quienes han sido asesinados a lo largo de estos últimos cincuenta años es inmensa. Una sociedad que se precie y que no quiera avergonzarse en un futuro de su conducta, no puede olvidar a sus muertos. Las víctimas del terrorismo tienen que estar siempre en nuestra memoria colectiva. Por eso hizo muy bien el Rey en tener durante su mensaje de Nochebuena ese gesto simbólico de colocar a su lado una foto de su reunión con las víctimas. Cuando estas se han quejado amargamente del abandono al que han sido sometidas por los diferentes poderes públicos, sean el ejecutivo o el judicial, no está de más que la más alta Institución del Estado muestre su cercanía, apoyo y afecto, que es el de todos los españoles, a quienes han sufrido directamente el dolor y la barbarie que supone el terrorismo.
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