Los vaivenes de la política del bipartito (PSOE-IU) en el gobierno de la Junta de Andalucía empiezan a necesitar, más que de la actuación de la oposición, del auxilio urgente de un psiquiatra, pues no parece demasiado coherente presentar un día acuerdos de colaboración con bancos y multinacionales y al día siguiente una propuesta de “bicicletización” de Andalucía.
Realidad
Y es que depender de los votos de un socio comunista para el sostenimiento del gobierno está causando verdaderos problemas a la presidenta Susana Díaz, que quizás por eso prefiere escapar de la realidad andaluza y dedicarse a dar conferencias por ahí como si fuera una celebridad o una analista relevante.
Resumen
¿En qué quedamos, presidenta? ¿Bancos o expropiaciones? ¿Tecnología punta o bicicletas? Y es que el mejor resumen de estos meses de presidencia de la señora Díaz se resumen en una sencilla frase: “Hablar mucho, decir poco y hacer nada”. No se puede pretender dirigir un gobierno limitándose a generar titulares tan llamativos como faltos de contenido. En este sentido, creo que es una falta de respeto y sensibilidad el reciente anuncio de la señora Díaz acerca de un pretendido plan de empleo vinculado a una circunstancia tan incierta como la demolición del hotel del Algarrobico.
Trabajo
No se puede jugar de ese modo con la ilusión del que espera encontrar en breve un puesto de trabajo. Pero estos son los daños colaterales de un bipartito que ni sabe, ni está, ni que tampoco se le espera en ningún lado.
Y es que este permanente doble discurso no hace sino socavar aún más el crédito de Andalucía y generar una imagen de permanente confusión, de inseguridad jurídica y de república bananera.
Consolidación
El progreso que pretende consolidar con acuerdos empresariales y créditos bancarios es incompatible con las políticas anacrónicas y las hipotecas posibilistas que imponen a los socialistas sus socios comunistas, con el aplauso sumiso y la aquiescencia de la señora presidenta.
Andalucía no puede estar sujeta a los vaivenes de un gobierno que un día apuesta por la bicicleta y al siguiente lo hace por la construcción: el globo propagandístico de Susana Díaz se ha pinchado y deja al descubierto que la presidenta es la heredera directa del fracaso del socialismo andaluz. Ni el maquillaje ni la propaganda lo pueden tapar todo.
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