Bajar impuestos, subir pensiones

“Aquí no ha pasado nada, veremos en la prensa del lunes tras la convención nacional del PP este fin de semana”

Kayros
01:00 • 01 feb. 2014

 En este momento, los jerarcas del PP se concentran  en Valladolid para su convención nacional. La situación es convulsa. Durante la  semana pasada fueron  noticia las presuntas  quejas  con  huída incluida de Aznar y de Mayor  Oreja . Parecen que crecen los enanos hasta por el flanco más derechista. 


Por lo visto en el partido ratonea algún malestar de sótano aunque no falten portavoces  que lo niegan. Sin embargo no cabe duda de que la convención nacional creará sin duda ese clima irracional y hitleriano de toda    multitud enfervorizada bajo el  grito ululante del líder.


Aquí no ha pasado nada, oiremos  probablemente en la prensa del lunes. Rajoy esgrimirá su repetido argumento de lo bien que marcha la economía, y estando ya en vísperas  de elecciones, no ha de faltar tampoco  la promesa de subir las pensiones,  la milonga de siempre. Veamos qué  queda  de verdad en todo esto.  Cunde ahora  una teoría entre el pensamiento independiente de que las  reformas introducidas  por el PP no fueron  la causa verdadera de nuestra mejoría económica, por más que las ensalce  Botín y algún otro dirigente de la CEOE, sino Draghi y compañía. En la campaña electoral que se avecina los diferentes partidos tratarán de explicar mejor su presumible falacia y ya  sabremos por qué aquí no  se crea empleo neto. La segunda cuestión  referida  a la subida de pensiones es más fácil de tumbar. La ministra de Empleo ha tenido la delicadeza de enviarles a los pensionistas una carta poniendo por las nubes la política  social de su partido en lo se  refiere a subidas. Asegura que ya nunca habrá congelación ni pérdida de poder adquisitivo. Todos los años no subirán un O.25, que más o menos resulta  un euro a percibir.  Se necesita estar encallecidamente obnubilada y creernos idiotas a jornada completa porque basta ir a la farmacia o comprar un kilo de naranjas en cualquier puesto callejero para enterarse  de cómo han subido los precios y por consiguiente el 0,25 se acerca más bien a la definición que ciertos filósofos dieron de la nada:   una morcilla vacía y sin tripa. Yo sé que a partir del lunes, todo será bonito otra vez para la prensa de derechas, pero puede que alguna vez el pueblo caiga del burro, amén, así  sea.







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