La misteriosa bilocación de Susana

Crónicas del Misterio: en 1627, la Venerable Madre sor María Jesús de Agreda es nombrada abadesa del Monasterio de las Concepcionistas de Soria. Simultáneamente, las crónicas de Nuevo México dejan constancia de su abnegado papel como misionera entre los indígenas, cosa que no sería de extrañar en una mujer tan piadosa si no fuera por el pequeño detalle de que la Venerable jamás abandonó su convento. 

¿Una mujer en España y América a la vez? Da miedito. Crónicas de lo Increíble: en 2014, la presidenta de la Junta de Andalucía, Susana Díaz, aparece en la comarca norte de Almería y anuncia que va a pedir al gobierno de la Junta “más agilidad” para acabar la llamada Autovía del Mármol, que tiene las obras paralizadas (empresarios antipáticos y antiandaluces reacios a trabajar gratis sin cobrar) desde hace años y que debería estar abierta hace mucho. Más o menos como el Hospital Materno-Infantil de la capital. Pero no nos desviemos del susto. ¿Cómo es posible que una presidenta de la Junta tenga que anunciar que va a pedirle algo a su propio gobierno? Bueno, podemos recurrir a las teorías del descaro, el morro, la caradura y el pretender pitorrearse del personal, pero no me parecen serias en una columna tan enjundiosa. Apelaremos, pues, a la psiquiatría forense para apuntar la posibilidad de que doña Susana no sepa, a veces, que es la presidenta de la Junta. Algunas herencias tardan en ser asumidas por los beneficiarios que se olvidan de lo que, de pronto, son o tienen. Podría ser eso. O que la que vino a Almería no era la presidenta, sino una proyección ectoplasmática de la Susana real, que estaba en ese momento haciéndose unas fotos en San Telmo. Ahora, que para miedo, la que se habría liado si a Rajoy se le hubiera ocurrido salir con que “va a pedir agilidad a su Gobierno” para que bajen los impuestos. Más muerte que susto.