El informe de Cáritas sobre el impacto social de las medidas de austeridad aplicadas en los países más golpeados por la crisis sitúa a España en un deshonroso segundo lugar en el índice de pobreza infantil.
Rumanía se ha alzado con el primer puesto de este ranking y nuestro país ha quedado subcampeón, nueve puntos por encima de la media de la UE.
La tasa de pobreza global en España, según esta organización, alcanza a un 28,2 por ciento de la sociedad, lo que se traduce en que unos 13 millones de personas se encuentran en situación de necesidad.
Sin embargo, con ser este un dato malo, Cáritas revela que el 12 por ciento de la población española que trabaja no gana lo suficiente para salir de la pobreza. El documento constata también que la alta tasa de desempleo ha provocado que las pensiones de los abuelos sean los únicos ingresos familiares que entran en muchos hogares.
El ministro de Hacienda, Cristóbal Montoro, que se ha dado inmediatamente por aludido, ha pedido a Cáritas que no provoque debates con estas cosas. Con esta sutil filigrana, Montoro ha querido quitarle hierro al asunto invocando que estos informes no se corresponden con la realidad porque son de contenido meramente estadístico. Acabáramos, ministro.
Desacreditar a alguien que cuenta pobres y que después los atiende ante la flagrante dejación del Gobierno no ha gustado a nadie, pero especialmente a los parias que aparecen en las listas y a los que el señor ministro considera números, gráficas y porcentajes sin más.
Disculpo a Montoro porque es evidente que no dispone de toda la información de lo que realmente ocurre en este país.
Para que pueda analizar con el rigor preciso el estudio de Cáritas, sugiero que se le adjunte el informe ‘caritas’, donde aparecen las que ponen la mayoría de los ciudadanos cuando escuchan sus explicaciones sobre la marcha de nuestra economía a la hora de la cena.
Consulte el artículo online actualizado en nuestra página web:
https://www.lavozdealmeria.com/noticia/9/opinion/57998/informe-caritas