Europa pobre, Europa rica

“El Centro nos necesita para que hagamos de comparsas, para montar coches, ...”

Diego Cervantes
20:06 • 03 may. 2014

En la Unión Europea se han decantado dos zonas diferenciadas, Centro con los países ricos del Norte, y Periferia sometida y dependiente como España.  La ejecución de políticas de ajuste, exigidas por Alemania, han obligado a las economías de la periferia a un cambio del modelo económico que requiere a su vez un cambio de modelo de sociedad. La destrucción de las conquistas sociales es un requisito indispensable para el proyecto neoliberal, en tanto que son obstáculos a superar para convertir nuestras economías en estructuras competitivas bajo el capitalismo globalizado. Esta senda política ha llevado a la Europa del Sur a una gran depresión que se revela en la forma de altos niveles de desempleo, incremento de la miseria y la desigualdad y otros rasgos propios de una grave crisis capitalista.


Lo que encontramos en Europa son modelos de crecimiento simbióticos entre los países del centro y los países de la periferia. Mientras los países del centro de Europa han basado su crecimiento en la exportación de bienes y servicios, los países de la periferia basan el suyo en la demanda interna y el endeudamiento privado. Cada día mas se profundiza en los desequilibrios comerciales y estructurales entre las economías dominantes, del centro, y las economías dependientes, de la periferia. Asistimos pues a una pugna en el seno de Europa entre la Europa de los ricos y la Europa de los pobres.


Las áreas centrales de Europa avanzan en un marco de especialización en procesos estratégicos y de alto contenido tecnológico, en actividades I+D. Tienen su residencia buena parte de las empresas transnacionales y se encuentran los grandes centros de poder político dentro de la UE. La Periferia en cambio, se especializa en actividades y procesos de subcontratación, estando dispersa en el territorio en torno a pequeñas empresas o micro empresas, en las que residen actividades deslocalizadas del centro. Esto provoca una especialización en actividades maduras, tecnológicamente desfasadas, dependientes de la competencia en costes laborales. Zonas que son integradas de manera subordinada a los centros transnacionales exportadores, principalmente ligados a la industria alemana. Zonas basadas en economía de servicios no cualificados, prestadoras de productos y servicios al centro en torno a economías inmobiliarias residenciales, el turismo de masas y enclaves recreativos. 




El Centro nos necesita para que hagamos de comparsas, para el montaje de automóviles que ellos diseñan, los electrodomésticos que nos venden, etc… Lo propio de nuestro país se basa en ser buenos hosteleros para sus temporadas en el cálido sur. Si nuestros bancos no les pagan los prestamos que les dieron para hipotecarnos, ellos resienten su economía, exigen la deuda y mientras tanto dejan a millones de españoles contemplando “los Lunes al sol”. Las consecuencias son dos velocidades, unos avanzando y otros con la marcha atrás.






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