El número dos en las listas al Parlamento europeo y vicesecretario general de Estudios y Programas del PP, Esteban González Pons, nos ha dejado en su fugaz paso por Almería una de esas gloriosas frases a las que nos tiene acostumbrados y que no aguantan una mínima reflexión. “Casi está terminado el trabajo” del Gobierno de Rajoy, dijo. Y con las mismas se fue.
A qué fase final del ‘trabajo’ se refería González Pons no ha quedado claro. No parece probable que pretendiera describir el denodado esfuerzo al que se ha aplicado Rajoy en cuerpo y alma para cargarse la Dependencia, la Sanidad o la Educación. Tampoco creo que estuviera pensando en cómo ha ido creciendo en nuestro país el número de parados desde que gobierna su partido. En ese contexto, parece altamente improbable que los casi setenta y nueve mil parados registrados en la provincia puedan estar de acuerdo con esa idea ‘mitinera’ lanzada por el dirigente popular. Más bien creo que pueden tener una opinión distinta, muy distinta, las más de 35.000 personas que no reciben ninguna prestación por desempleo en Almería. El trabajo que casi ha terminado el Gobierno del PP, tal y como sentencia el dirigente popular, arroja muchas más sombras que luces y todas las manifestaciones de recuperación económica que estamos escuchando en estos días tienen más que ver con la propaganda que con la realidad. Sobre todo, si se tiene en cuenta que las previsiones de los organismos internacionales sitúan el desempleo durante este año y el que viene en niveles cercanos al 25%.
El presidente del Gobierno, a pesar de estos datos, tampoco se da por aludido y concluye que “no se puede ser un optimista absurdo pero tampoco un cenizo”. Sin embargo, los aguafiestas se cuentan por millones en España y mientras que la mayoría no consiga un empleo, va a ser difícil que la gente termine sacando las ‘vuvucelas’ a la calle antes del mundial de Brasil.
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