El soterramiento de don Luis

Hace más de dos años nos anunció nuestro alcalde y senador: “Vamos a recuperar los terrenos sin uso de las vías del ferrocarril”. El mes pasado comenzó el levantamiento de

Diego Cervantes
01:00 • 22 jun. 2014

Hace más de dos años nos anunció nuestro alcalde y senador: “Vamos a recuperar los terrenos sin uso de las vías del ferrocarril”. El mes pasado comenzó el levantamiento de las vías donde está previsto ejecutar un nuevo parque para antes de las elecciones que irá desde la estación antigua hasta el Cable Inglés, con paseos peatonales y parterres ajardinados. Todos los acuerdos sobre estos terrenos propiedad de ADIF, organismo ferroviario dependiente del Ministerio de Fomento, los ha llevado nuestro alcalde personalmente. Hay que recordar que estas conversaciones de D. Luis proceden de aquellas realizadas antes de que accediera el PP al gobierno central. Entonces, todos los portavoces de los grupos municipales consensuamos el tratamiento urbano del acceso del ferrocarril a nuestra ciudad. Desde el pleno municipal, gobierno de la Junta y de España acordamos, tanto la obra, que sería un viario soterrado, el modelo de estación bajo tierra y la estructura societaria encargada de la actuación. El plan especial que el ayuntamiento aprobó por unanimidad considera que los terrenos liberados tienen un aprovechamiento urbanístico cuyos beneficios soportarán costes destinados a pagar dichas obras. 


Nada de lo acordado por el alcalde coincide con aquellas pretensiones. La posibilidad del soterramiento ha sido descartada y se utiliza el parque como tapadera. El gobierno central se ha negado a realizarlo, aunque la sociedad permanezca. A pesar de ello, han acelerado los asuntos privados de algunos propietarios en lo que se refiere a beneficios pero no a los costes previstos. Los propietarios del Toblerone que veían peligrar su inversión por el cambio de parecer del gobierno, presionaron al consistorio para que atendiera sus intereses. En primer lugar había que derribar el almacén de mineral después de ser valorado a un alto precio.  Así se hizo y como muchos recuerdan, sin avisar. En segundo lugar, se trataba de aprobar el proyecto de reparcelación redactado por los promotores de la unidad de ejecución, en unos suelos urbanizables que adquieren un alto valor, para los que se otorga una edificabilidad de dieciséis plantas, altura que contradice al PGOU vigente. En tercer lugar, habría que adecentar su entorno más próximo, con el parque que se ejecuta precisamente frente a las parcelas ya urbanizables. Cabe preguntarse por qué se está olvidando otra unidad de ejecución donde estaban los talleres de Renfe y por qué no se busca aprovechamiento en toda la extensión de vías eliminadas, incluidas las que se han quitado a la vera de la carretera de Sierra Alhamilla  que ocupan una superficie que dobla a la misma. Estas zonas situadas en barrios, a pesar de ser propiedad pública, parece que no importan para el aprovechamiento ciudadano. Aquellos acuerdos de los representantes del municipio de Almería con el Estado, se han reducido a un apaño  entre alcalde , ADIF y propietarios de suelo donde han quedado planificados los beneficios privados. Si no hay soterramiento, tampoco habrá costes para nadie, solo para el ayuntamiento: una desastrosa operación financiera muy propia de este gobierno.







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