¿Siguen los escudos en su sitio?

Pensándolo fríamente, no hay mejor conservante del franquismo que un antifranquista profesional. Preso de sus obsesiones, el luchador antifranquista se levanta cada mañana, impasible el ademán, con el irrenunciable objetivo de ganar la Batalla del Ebro, aunque sea en 2014. Y así, no cesa de buscar causas, elementos, motivos o excusas para demostrar y demostrarse que no hay nadie en el mundo más antifranquista que él. Recordemos que el generalote murió de viejo en la cama sin verse removido o zarandeado por muchos de los que ahora, casi cuarenta años después de su muerte, le zurran con vehemencia. En Almería tenemos la gran suerte de contar entre nosotros con un profesional del antifranquismo como don Rafael Salazar, responsable de la muy necesaria Oficina del Vicepresidente de la Junta de Andalucía en Almería, que después de protagonizar uno de los momentos informativos más chuscos del año con la búsqueda/fiasco en el cementerio de restos de represaliados, intentó acusar al Ayuntamiento de ocultar en todo ese proceso algo que ya figuraba en la página web de la propia Junta: que esas fosas habían sido removidas hace décadas. Y como para defenderse empezó con el discurso de la lucha antifranquista y todo eso, pues se le recordó que es la propia Junta de Andalucía la que incumple sus leyes de Memoria Democrática al no retirar escudos de tiempos de la Oprobiosa de la fachada (con perdón) de varios centros educativos de la capital. ¿Y cómo ha reaccionado el señor Salazar? Pues pidiendo a la Consejería de Educación que se ella quien los retire. A estas alturas. Vamos a ver, señor Salazar, que usted es la Junta de Andalucía y que su coalición (IU) ha demostrado que, cuando le interesa, no hay peticiones o sugerencias internas que valgan, sino órdenes tajantes como socio de gobierno. ¿Siguen estando los escudos en su sitio? Menudo soponcio.