Campohermoso ha puesto la nota negra en las cabalgatas de Reyes

Juan Torrijos
20:25 • 08 ene. 2015

La muerte de Juan Antonio Lozano, con sólo 20 años de edad, ha llenado de desolación a una familia, a un barrio como Campohermoso y a todo el pueblo de Níjar. Y junto a ellos a casi todos los almerienses que vemos en la cabalgata de los Reyes Magos uno de los momentos mágicos que viven nuestros hijos o nuestros nietos. Ante el dolor demostrado por las autoridades he echado de menos la aceptación de alguna responsabilidad en el suceso. La muerte de Juan Antonio se debía y se podía haber evitado. Si los responsables políticos hicieran su trabajo, si el de la cabalgata de Campohermoso hubiera recorrido y revisado el itinerario el accidente muy posiblemente no se hubiera producido. Me parece bien los tres días de luto de Níjar y la apertura de la investigación por parte del ayuntamiento, pero ha faltado que alguien asuma la responsabilidad de lo ocurrido. Junto a todo lo manifestado por Antonio Jesús Rodríguez, alcalde, falta la dimisión del político responsable. Estamos ante un accidente producido por una negligencia y que ha causado una muerte. No se puede quedar solamente en la lamentación del político y las lágrimas y el dolor de una familia. Es exigible algo más a los responsables.


Los beatos, cuando se acerca la Semana Santa, recorren los itinerarios de sus procesiones en previsión de problemas que se puedan presentar. Según el alcalde de Níjar la cabalgata ha pasado por las mismas calles de Campohermoso que el año pasado, por lo que entiendo que nadie del Ayuntamiento ha controlado este año si las mismas podían suponer algún problema, como el cable que ha costado la vida a Juan Antonio. Si el año pasado no hubo inconveniente se deberá a que no estaba el cable o si lo estaba no era obstáculo para el paso de la carroza. Parece que los cables de telefonía crecen en el cielo nijareño sin que se entere el ayuntamiento, malo es; y peor que éste no se preocupe de tales crecimientos. Con todo, lo más grave es que no se haya revisado el trayecto por parte del Ayuntamiento, negligencia que ha acabó con la muerte.


La justicia tendrá que delimitar la responsabilidad civil del suceso, pero la política ya se tendría que haber producido, la dimisión del responsable de festejos del Ayuntamiento de Níjar tendría que estar encima de la mesa del alcalde.







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