Otro regalito de Susana a Almería

Los más entregados, especialmente esos que admiten sin sonrojo que a ellas y ellos se les cae la baba cuando la oyen, habrán saludado con entusiasmo y reverencia ese gesto/guiño de Susana Díaz de haber escogido Almería como inicio de su campaña, para que así se recuerde “que fue aquí donde empezó todo”. Ustedes disimulen, pero ¿qué es lo que va a empezar en Almería? No hace falta ser un as de la demoscopia para saber que si lo que la presidenta buscaba al convocar anticipadamente las elecciones autonómicas era “encontrar la estabilidad política”,  le va a salir el tiro por salva sea la parte. Pero eso no se sabe ahora que las empresas de las encuestas andan metidas en una especie de concurso de piñata patrocinado por la ONCE; se sabe desde mucho antes de que la señora Díaz convocase los comicios. Pero como de cada diez palabras que dice esta señora once son mentira, se inventó lo de la presunta inestabilidad (¿qué inestabilidad iba a tener un gobierno criogenizado y con socio alquilado a buen precio?) para poder presentarse a los andaluces como la Gran Omaíta Andaluza: “mi preocupación sois vosotros y sólo vosotros, hijos míos. Y si estoy haciendo esto es porque yo sólo quiero lo mejor para todos y todas puntocom.” Pues hasta en eso mentía la señora. La jugada consistía en pillar en fuera de juego al PP con un candidato poco conocido y dejar que los partidos emergentes que han devorado el electorado del socio no se le vinieran arriba del todo. Al margen de eso, no olvidemos la maniobra interna que Susana contempla en estas elecciones de cara a su futuro político fuera de Andalucía. ¿Y si lo que sale de las elecciones es un puzzle verdaderamente inestable e ingobernable? Pues en ese caso los almerienses tendremos un nuevo motivo de cariño para doña Susana Díaz. “¡Recordad que todo empezó en Almería!”, gritaba en el Cervantes. Pues por si acaso, gracias también por eso, presidenta.