Ya nadie cree a Susana Díaz  

No hay proyecto, el único cambio perceptible es el mal humor y las malas caras de doña Susana

Javier Aureliano García
01:00 • 11 may. 2015

La portentosa demostración de incapacidad que está protagonizando la presidenta en funciones de la Junta de Andalucía, Susana Díaz, sólo está sirviendo para comprobar dos cosas. La primera es que ya nadie cree en ella. Nadie que no dependa económica o políticamente de ella, quiero decir. Ningún partido puede dar por buenos sus discursos huecos, sus declaraciones de intenciones, sus promesas vagas, sus ideas nebulosas ni nada de lo que diga alguien que no es más que un producto interno del PSOE diseñado para resolver las necesidades internas de un partido y demostrar a las bases que desde lo más bajo se puede llegar a lo más alto. Pero hasta ahí. Ni hay proyecto global, ni hay altura de miras, ni mucho menos hay esa estadista de altura que sus palmeros nos intentaron vender en su momento. El único cambio perceptible es el mal humor y las malas caras de doña Susana al consumarse su ridículo, entrando en la historia democrática andaluza al recibir dos negativas a la investidura. ¿Era esta la estabilidad que iba a dar a Andalucía rompiendo precipitadamente su gobierno? Menudo fiasco. Y mientras tanto, la Junta de Andalucía paralizada, inoperante e inútil. Todo por un fallo de cálculo de la caprichosa señora Díaz. 


Frente a esta lamentable realidad política, el Partido Popular Andaluz presenta un perfil dialogante, propio de una fuerza abierta y plural que representa para los andaluces un proyecto serio y centrado en la estabilidad institucional, política y económica de todos los rincones de Andalucía. Ahora estamos viendo en Almería y en otras localidades la irrupción de nuevas fuerzas políticas que llegan sin experiencia, sin recorrido, con candidatos desconocidos y sin saber la trayectoria de las distintas ciudades y pueblos y sin poder disimular sus ansias de hacerse con una cuota de poder compartido, lo que suele acarrear a los pueblos y ciudades amplias dosis de desgobierno e ineficacia a causa de los personalismos y la lucha de siglas. En mi opinión, estas elecciones municipales Almería debe apostar por la estabilidad, por la seriedad y por el futuro que plantean las medidas y soluciones que ofrecen las candidaturas que presenta el Partido Popular a estos comicios. Y es que a las pruebas me remito: cada vez que los ciudadanos han dado a un alcalde o alcaldesa del PP la oportunidad de formar gobiernos municipales, siempre ha habido orden en las cuentas públicas, buenos resultados, honestidad, un trabajo cercano a los ciudadanos y un avance en todas y cada una de las ciudades. Es, por tanto, la hora de la seriedad, del rigor y de la eficacia frente la inoperancia de unos, el aventurerismo de otros y la radicalidad del resto. Es la hora del PP. 







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