Refugiados, miedos y sospechas

`Naciones como Alemania empiezan a entrar en contradicción con sus burguesías acomodadas`

Kayros
01:00 • 14 ene. 2016

¿Y qué se hizo de esas oscuras desbandadas humanas que van por Europa huyendo de la guerra? Un  refugiado no es propiamente un inmigrante. A lo largo de los siglos fue  cristalizando una doctrina acogedora para los desheredados de todas las catástrofes, especialmente para aquellos que se quedan sin tierra, hogar, patria  sin otro remedio que huir  a la buena de Dios y a lo que quieran hacer de ellos los pueblos hospitalarios. Esto de la acogida  también se está llenado de miedos y sospechas. A uno que tenía bien  asegurada su  vida y su hacienda se le ocurrió decir que entre los visitantes iban tam0bién amenazadoramente mezclados los yihadistas. 
Comenzaron pues los recelos, las alambradas, las concertinas que más que música son cuchillos,  los, guardias armados, los perros amaestrados y sobre todo el frio y el hambre y la sed  de las mujeres y niños  que  no parecen  inquietar el corazón de las autoridades  fronterizas. Naciones tradicionalmente comprensivas y que conocen bien lo que es la guerra, como Alemania, Suecia y Noruega, etc, comienzan  ahora a entrar en contradicción con sus respectivas burguesías  acomodadas.
A los refugiados, a lo que parece, no los quiere nadie  en Europa, precisamente la patria de los derechos humanos. Toda la organización sanitaria y de sustento resulta insuficiente para aliviar el desconcierto de estas  oleadas abandonadas a su suerte que ya no saben adónde ír. En principio, los países de la Comunidad Europea llegaron a un acuerdo de redistribución de los refugiados según un criterio de población, renta y nivel de vida.
Todo ha resultado una desesperante frustración. Seguimos viendo escenas aterradoras  de pateras que naufragan  y de mujeres y niños que aparecen días después en playas desiertas.
Quizá los arboles no nos  dejen ver  el bosque. Entre acongojantes  noticias  de bombas de hidrógeno, guerras petroleras y hambrunas a  africanas, entre los miedos  que ahora  se airean tanto con motivo del cambio climático, quizá no nos quede  humor ni  tiempo para sensibilizarnos como se debede la cotidiana tragedia del hombre huido bajo los bombardeos.







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