Muere en Turón Miguel Maldonado Fernández
Suegro del escritor granadino Miguel Milán Salazar
Miguel Milán Salazar
En la fría Nochebuena del año 1928, cuando España terminaba otro año más, gobernada por el militar jerezano Miguel Primo de Rivera, vino a nacer en la Alpujarra granadina, concretamente en el ancestral pueblo de Turón, y en el seno de una familia pobre y numerosa, un hermoso niño al que llamaron Miguel. Su personalidad fue forjándose, desde muy niño, en aquellos duros e intempestivos años, en los fríos y escarpados montes de esa abrupta comarca, ora guardando cabras u ovejas, ora arrancando esparto o tomillo, recogiendo leña, segando en los Montes de Guadix, o trabajando de bracero en la recogida de almendras, aceituna, siembra de pinos; e incluso de peón en la albañilería, puesto que no había trabajo que no acometiese. Fue pasando el tiempo, aunque no las fatigas y las durezas, y este niño se acabó convirtiendo en un hombre de bien: trabajador, honrado, decente y cabal, contrayendo matrimonio con quien sería su mujer de siempre: Su amada Loreto. La bendición de su hogar llegaría con cuatro hijos; aunque para que su vida no fuese un camino de rosas, perdería a otros tantos en el camino. Su lema era: Horas de sol, horas de trabajo. Todo un ejemplo de sacrificio y constancia durante los trescientos sesenta y cinco días del año, hiciese sol o lloviera; fuera Fiesta Mayor, o día ordinario; estuviese sano o enfermo. Hoy, 11 de febrero de 2014, día triste y doloroso, nos ha dejado a todos huérfanos, hijos y deudos, para poder así descansar por fin en toda la extensión de la palabra; sin metáforas. Sirvan estas palabras como homenaje para él, para Miguel, y para todas aquellas personas, mujeres y hombres, que en unas condiciones de vida tan duras y adversas, fueron capaces de salir adelante, legándonos, a las generaciones actuales, un camino mucho más amplio y espacioso, por el que circular y vivir de una manera más digna y humana. Donde quiera que estés, SUEGRO, llévate mi abrazo más sentido y eterno. Tu yerno, Miguel M. Salazar.