La conjura de los necios
Su autor, John Kennedy Toole, se había suicidado con treinta y dos años después de haber enviado su manuscrito a varias editoriales y haber sido rechazado

Donald Trump: malos tiempos los que estamos viviendo por culpa de semejante bocazas.
Leí que Murakami había releído cinco o seis veces la novela “El largo adiós” de Raymond Chandler y fui corriendo a la biblioteca a ver si estaba y la encontré. Mi interés era doble: no solo porque a Murakami le fascinara sino porque su propio autor la consideraba su mejor novela. Eso me atraía todavía más.
En esas estaba cuando una mañana entro en la farmacia más céntrica de Vera, y paso a la zona del laboratorio. Mientras esperaba conozco a un señor de pelo blanco recogido en una coleta, los ojos grandes azules, y muy delgado. Empezamos a hablar y yo creía que era argentino, pero me dijo, no, soy estadounidense de origen irlandés, ah, como los Kennedy, añado, sí, exactamente, dice él.
Me llamo John. Encantada, John. Con la que está cayendo era inevitable hablar de Trump. El hombre padecía un insomnio crónico debido a un dolor neurológico en un pie y se encontraba bastante débil. Pero al oír ese espantoso nombre salió de su propio malestar para expresar su más profunda tristeza por el tiempo que estamos viviendo debido a semejante bocazas.
Y me dijo, es tiempo de releer “La conjura de los necios”. Me sonaba ese título, pero en ese momento no lo ubicaba. De quién es le pregunté, no recuerdo, la leí hace veinticinco años, me contestó. La buscaré, le dije. Y me la compré.
En un principio era un auto regalo de cumpleaños, pero no podía aguantar. Le quité su bonito papel rojo y empecé a leerla. Estoy deslumbrada. Ignoraba por completo que su autor, John Kennedy Toole, se había suicidado con treinta y dos años después de haber enviado su manuscrito a varias editoriales y haber sido rechazado.
Sin embargo, la tenacidad de su madre, convencida de la genialidad de su hijo, hizo que el escritor Walter Percy la leyera y se publicara para goce de la humanidad. Increíble.