Una joven alemana salva la vida de un almeriense: "Es el primer año de mi segunda vida"
Francisco Ros dedica una emotiva carta a los profesionales sanitarios del Hospital Torrecárdenas y Carlos Haya de Málaga

Francisco Ros, el almeriense al que salvó el gesto solidario de una alemana.
A veces , cuando el destino nos pone en el peor escenario que podemos imaginar, la vida nos sonríe y nos da otra oportunidad. Esto fue precisamente lo que le pasó a Francisco Ros, un almeriense al que con 64 años se le diagnosticó leucemia, y al que el azar le concedió una segunda vida.
En cuanto el cáncer comenzó a atacar su médula ósea, los profesionales del Hospital Torrecárdenas se pusieron en contacto con los del Hospital Universitario Regional de Málaga (Carlos Haya), quienes de inmediato consultaron el Registro Mundial de Donantes de Médula Ósea, en el cuál se encuentran inscritos todos los donantes de médula del mundo.
Entre millones de personas, los profesionales sanitarios encontraron a una única compatible con Francisco Ros: una chica alemana de 25 años, que en algún momento de su vida decidió hacerse donante, con la motivación de que ese pequeño gesto algún día podría salvar una vida. Y efectivamente así ha sido. El trasplante se efectuó el 4 de abril del pasado año y a día de hoy Francisco es un hombre de 65 años muy sano.
"Ahora me tienen que poner todas las vacunas de nuevo. Tengo un año de segunda vida, me siento como un niñito", ha dicho Ros, quien además ha compartido con LA VOZ unas emotivas palabras de agradecimiento a los profesionales sanitarios que han cuidado de él durante todo este proceso:
"Quiero agradecer públicamente al Hospital Universitario Torrecárdenas y en especial, a la Unidad de Hematología, por su rapidez y eficacia al detectar que tenía leucemia aguda mieloblástica en un análisis rutinario.
Rápidamente empecé con las quimios y al mismo tiempo se pusieron en contacto con el Hospital Carlos Haya de Málaga, y estos a su vez, con el Banco Internacional de donantes de Médula Ósea.
Todo fue muy rápido y eficaz en todos los sentidos. A día de hoy, hace un año de mi trasplante de médula que se realizó en el Hospital Carlos Haya.
Muchas gracias por la profesionalidad y el trato humano de todo el personal de ambos hospitales. Gracias a la Sanidad Pública de Andalucía tengo una segunda vida".
Esta, sin duda es una historia que demuestra, una vez más, que a más donantes, las posibilidades de salvar la vida de una persona aumentan. Donar médula ósea no supone ningún dolor, y en ningún caso debe confundirse con la médula espinal. Puede ser donante toda aquella persona cuya edad se encuentre entre los 18 y 40 años, que esté sana y pese más de 50 kilos. Este pequeño gesto, puede salvar vidas de personas de todo el mundo.