Cuando hablamos de la agricultura moderna, mucha gente piensa en drones, satélites, robots inteligentes o softwares capaces de detectar con una precisión milimétrica el volumen de producción o la incidencia de plagas en un cultivo con un mes de antelación. Pero la innovación en la agricultura tiene un importante perfil alejado de las grandes revoluciones tecnológicas, basado en pequeñas mejoras que, sin embargo, pueden suponer un gran salto en el rendimiento de las explotaciones agrarias.
En los últimos años, el campo almeriense está inmerso en un proceso de profunda transformación. Al interés que viene de lejos como las mejoras de los caminos rurales o las recogidas del agua de lluvia se le suman otros como la instalación de setos autóctonos para favorecer el control biológico en el exterior de los invernaderos o la renovación de las infraestructuras de invernadero. Para este último aspecto, hemos hablado con dos agricultores: Francisco Berenguer y Gabriel Rodríguez. Ambos pertenecientes a la localidad de Las norias, Francisco Berenguer es uno de esos que llaman 'jóvenes agricultores', mientras que Gabriel es historia viva del campo almeriense.
Gabriel Rodríguez ha renovado al completo su invernadero en Puesto de Carretero, en El Ejido, al completo tras más de treinta años. El suyo era un invernadero viejo, una explotación tipo parral de unos dos metros de altura. Ahora es un raspa y amagado de más de tres metros y, donde antes había alambre y madera, ahora hay acero.
El caso de Gabriel es un ejemplo típico del campo almeriense. Con más de 40 años de experiencia en la agricultura, empezó a trabajar a los dieciocho, pero antes ayudaba a su padre en el invernadero. A pesar de su amplia trayectoria, no esconde su pensamiento innovador y su esperanza en que los jóvenes continúen el camino que tanto él como la generación anterior de agricultores ha sembrado durante tantos años.
Las cosas han cambiado mucho, y siempre a mejor. El nivel de profesionalidad que existe ahora entre los agricultores es altísimo", opina Gabriel. Él mismo es un claro ejemplo de ello: cuando el control biológico era todavía muy desconocido para los agricultores, "allá por principios de la década de los 2000". Según reconoce el mismo agricultor, las ayudas a la incorporación de la lucha biológica al manejo de los cultivos eran sustanciales por parte de la Junta de Andalucía. "También recibí alguna subvención para la creación de un embalse en otra finca", añade Gabriel Rodríguez.
Francisco Berenguel, de 34 años, recibió una ayuda de la Administración para su primera instalación en el campo. "Sin las ayudas a los primeros agricultores que dispuso la Junta me habría sido imposible incorporarme al campo". Francisco, que estudió Ciencias Empresariales, no heredó ya que sus padres no eran agricultores, aunque varios de sus familiares sí lo eran. Con unas tierras de su familia montó su primer invernadero, y en la actualidad está inmerso en la construcción de su segunda finca, que empieza desde cero para el cultivo de calabacín.
La renovación de Francisco sigue la misma línea que el invernadero de Gabriel: nueva estructura, vigas de acero, sistemas modernos para recogida de pluviales, ratones murcianos, emparrillados a 2,20 metros de altura o dobles techos con aperturas cenitales en forma de pirámide.
Ayudas
De acuerdo con Francisco Berenguel, no solicitó ayudas para esta renovación ya que "quería tener el invernadero lo antes posibles. Las ayudas de la Junta son demasiado 'lentas' para la intención que tenía con esta finca", explica el agricultor de Las Norias.
Las declaraciones de Francisco se enmarcan dentro de la polémica surgida en los últimos días por el retraso que acumula la Administración regional en el pago de las ayudas a la modernización y la incorporación de jóvenes agricultores solicitadas en el año 2016. En el caso de las ayudas a la modernización de infraestructuras, la resolución definitiva de los beneficiados aún está pendiente debido a unas complicaciones surgidas durante el proceso de verificación de las solicitudes.
El secretario provincial del sindicato COAG, Andrés Góngora, insta a que, si bien estos retrasos están dificultando la labor de los agricultores y pueden acarrear movilizaciones en las próximas semanas, los agricultores no abandonen su interés por este tipo de ayudas, ya que "las ayudas llegan aunque sea tarde y suponen un incentivo muy importante para la mejora de las prestaciones de las explotaciones agrarias de la provincia"
Consulte el artículo online actualizado en nuestra página web:
https://www.lavozdealmeria.com/agricultura2000/noticia/8/agricultura/137770/los-nuevos-invernaderos-de-el-ejido