Níjar sienta las bases de futuro del agua desalada en la agricultura

Hay épocas en las que todo parece que avanza lento y otras en las que, sin embargo, da la sensación de que se acelera el transcurso de la historia. El tiempo dirá si la vieja lucha por garantizar un suministro de agua estable para la agricultura en Almería, un problema que se remonta a décadas atrás, ha vivido esta semana una de esas fases de aceleración.

Claves
Hay dos factores que son esenciales para explicar por qué este mes de marzo puede ser trascendental en este aspecto: por un lado, una nueva ley contra la sequía aprobada el pasado 6 de marzo en el Congreso de los Diputados insta al Gobierno a aplicar de forma urgente las medidas para incentivar el uso del agua desalada en la agricultura; por otro, la jornada celebrada este viernes por los regantes de la CUCN, los regantes de la Comunidad de Usuarios de la Comarca de Níjar.

Inolvidable
Más de mil personas se concentraron en el Salón de Celebraciones ‘Puerta de Europa’ de Níjar para asistir a un acto que, sin duda, quedará grabado en la memoria del público durante mucho tiempo. El titulo de la jornada, ‘la CUCN por un precio justo del agua’, puso los mimbres de una jornada celebrada con el objetivo de demostrar que el progreso de la economía almeriense depende en buena medida de la desalación del agua del mar Mediterráneo.

Este planteamiento enlaza con el discurso de regantes, empresarios y políticos en los foros de debate de esta semana con motivo del Día Mundial del Agua del pasado jueves sobre la necesidad de avanzar hacia una nueva cultura del agua marcada por el aprovechamiento de distintas fuentes de un recurso muy limitado por la sequía y el mal estado de los acuíferos naturales de Almería.

Objetivo
La CUCN celebró las jornadas con el objetivo de dar a conocer una serie de estudios y proyectos sobre el impacto socioeconómico, en clave de presente y de futuro, del agua desalada para la comarca de Níjar. Los encargados de esta tarea, un grupo de expertos en economía, agricultura y política fiscal de  la Universidad de Almería (Diego Luis Valera, Jose Ángel Aznar, Luis Belmonte e Isabel Romay), pusieron en evidencia que el agua desalada es una opción muy atractiva para el agricultor, además de rentable y sostenible para el medio ambiente. 

El acto
El primer punto corrió a cargo del profesor Diego Luis Valera, que expuso los resultados de sus estudios en la Finca UAL-Anecoop que demuestran una mejora de la producción con agua desalada de hasta cuatro kilos por metro cuadrado en cultivos hortícolas, mientras que la cosecha regada con agua desalada fue de calidad superior a los productos obtenidos a partir de agua de los pozos .

Diego Luis Valera expuso también las novedades que el proyecto Deseacrop introduce en el estudio del uso del agua desalada para la agricultura almeriense: también se analizará mediante el estudio del ciclo de vida del carbono en el proceso de desalinización de agua de mar.

El impacto ambiental puede verse reducido gracias a la introducción de energías limpias como la solar fotovoltaica, un aspecto introducido por la empresa Solutio, que presentó un proyecto para poner en marcha una planta solar para abastecer de energía limpia la producción de la desaladora de Rambla Morales, que permitiría reducir en 9.000 toneladas al año las emisiones de dióxido de carbono a la atmósfera y abaratar el coste del agua desalada en un 30 por ciento respecto a su coste actual.

Quedaba la traca final; una propuesta para rebajar el precio del agua desalada. “El Gobierno dice que va a habilitar los ‘mecanismos necesarios’ para que el precio del agua desalada no supere los 30 céntimos por metro cúbico, y aquí proponemos cómo debe hacerse”, explicaba Isabel Romay. La medida: una deducción en la declaración de la renta del agricultor que acredite el uso de agua desalada. Así, la rebaja vía impuestos establecería siempre el precio en el limite máximo fijado por el Gobierno de 0,3 euros por metro cúbico. El acto había sido inaugurado por la alcaldesa de Níjar, Esperanza Pérez, y el presidente de la CUCN, Antonio López Úbeda, que reivindicó que “el agricultor necesita un precio justo para el agua desalada y el momento es ahora”.