En verano, con el calorcito, una buena y fresca ensalada de tomate puede ser la mejor alternativa para comer o cenar. ¿Hay algún vegetal más saludable que el tomate? Según la Fundación Alimentación Saludable, el tomate es probablemente una de las hortalizas más difundidas en el mundo y con usos de lo más variados: en crudo, en ensalada, como ingrediente de numerosos platos, así como para hacer salsas, por ejemplo.
"Esto le convierte en un ingrediente esencial de casi todas las gastronomías y en una importante fuente de nutrientes para llevar una dieta saludable y equilibrada", señalan. En concreto, dicen que el tomate es originario de los bajos Andes, y fue cultivado por los aztecas en México. La palabra azteca 'tomatl' significaba simplemente 'fruta hinchada' y los conquistadores españoles lo llamaron 'tomate'.
¿Cómo saber que un tomate es de calidad?
Así, subraya que la calidad del tomate se basa principalmente en la uniformidad de forma y en la ausencia de defectos de crecimiento y manejo. "El tamaño no es un factor que defina el grado de calidad, pero puede influir de manera importante en la expectativa de su calidad comercial", agrega.
Es más, celebra que es posible comer tomate todo el año, pero principalmente los meses de verano. "Los tomates verdes maduros pueden almacenarse a 12,5º C durante 14 días antes de madurarlos, y sin reducciones significativas de su calidad sensorial y desarrollo de color. El rojo claro puede almacenarse a 10 -12,5º C durante 3 o 5 días", precisa.
Sobre los beneficios para la salud que nos puede aportar el tomate, defiende que es la fuente alimentaria "más importante" de un pigmento rojo llamado 'licopeno', que tiene propiedades antioxidantes y puede ser anticancerígeno. "Un elevado nivel de licopeno en el plasma se asocia con una menor incidencia de algunos cánceres, en especial el cáncer de próstata", precisa.
A su vez, indica que la asimilación por el organismo depende del tipo de producto que se consuma. "El plasma sanguíneo absorbe mejor el licopeno cuando éste procede de productos elaborados a altas temperaturas, que cuando se ingiere una cantidad equivalente de tomates frescos. Del mismo modo, la biodisponibilidad del licopeno procedente del zumo de tomate procesado con calor es mayor que la del zumo de tomate crudo", añade.
Eso sí, desde la FEN alertan de que la cantidad de licopenos presente en los tomates depende de la variedad cultivada, siendo mucho mayor en los de 'tipo pera', del grado de madurez (mayor en los maduros), y del modo de cultivo y de la forma de maduración (superior en los cultivados al aire libre y madurados en la planta).
El tomate triturado o cocinado y su combinación con aceite, mejora la absorción del licopeno en nuestro organismo, según aseguran. Asimismo, destaca su contenido en otros carotenoides, que presentan igualmente carácter antioxidante, como la luteína y la zeaxantina; ambos presentes en el área central de la retina, la mácula y el cristalino del ojo, y que se asocian con la prevención de padecer cataratas y degeneración macular relacionada con el envejecimiento.
También dice que presenta un aporte importante de 'fitosteroles', que reducen los niveles de colesterol en la sangre al inhibir parcialmente la absorción del colesterol en el intestino. Por último, sostiene que posee un antibiótico, la 'tomatina', con propiedades antibacterianas, antimicóticas y antiinflamatorias.
"El tomate aporta nutrientes esenciales para el organismo y beneficiosos para la salud. Contiene provitamina A (beta-carotenos) y es rico en vitaminas C y E. Además, los tomates y sus derivados contienen licopeno, un carotenoide sin actividad provitaminica A, que presenta un alto poder antioxidante, y que es el responsable del color rojo brillante del fruto", agrega.
En concreto, el tomate destaca por ser un producto bajo en calorías (unas 22 kilocalorías por cada 100 gramos). Además, sostiene que son muy ricos en agua y contienen grandes cantidades de vitamina C (38 miligramos cada 100 gramos), carotenos (300 microgramos por cada100 gramos) y folato (28 microgramos por cada 100 gramos). "El tomate aporta una cantidad significativa de fibra así como potasio y selenio", apostilla la Fundación Alimentación Saludable.
Tomate en España
"El tomate fue introducido en España a principios del siglo XVI con los viajes de Colón. Probablemente, el tomate llegó a Sevilla, que era uno de los principales centros del comercio internacional, en particular con Italia", señala. Desde la Fundación Española Nutrición añaden en este sentido que desde sus inicios fue utilizada como planta ornamental, y no fue hasta finales del siglo XVIII cuando comenzó a cultivarse con fines alimentarios, aumentando su consumo hasta hacerse muy popular.
Según precisan, existen casi 100 variedades de tomates que se clasifican según su uso (en ensaladas o para cocinar), tamaño y forma. Según su forma, los tomates se clasifican en: carnoso, redondeado o semiesférico y con estrías; cereza o cherry, de pequeño tamaño, rojo y redondo; el de pera, alargado, con mucha proporción de carne, muy sabrosos, aromáticos y muy aptos para elaborar conservas, salsas y purés y el redondo, que por lo general son frutos de color rojo (aunque también los hay amarillos), redondos, de superficie lisa y gruesa, y sabor dulce.
Concretamente en España, la Fundación Alimentación Saludable recuerda que hay una extraordinaria variedad y calidad de los tomates: tomate en rama, tomate de pera, (para conservas), tomate canario, de sabor dulce, tomate cherry (afrutado), tomate verde (pulpa dura para ensaladas), tomate de Monserrat (también ideal para ensaladas) y el tomate Raf. Asimismo, precisa que hay tomates que sólo se cultivan en determinadas localidades: tomates Muchamiel, tomates Mazarrón/Almería, y el tomate canario.
Consulte el artículo online actualizado en nuestra página web:
https://www.lavozdealmeria.com/agricultura2000/noticia/8/agricultura/157136/por-que-comer-tomate-es-esencial-para-nuestra-salud