A medida que avanza la primavera buena parte de los países de la Europa continental ponen en marcha sus explotaciones agrarias. Y en cuanto se recolectan las primeras hortalizas renace lo que se ha convertido en una vieja costumbre la aparición de campañas de descrédito hacia el modelo almeriense, blanco de numerosos reportajes o noticias que le perjudican.
Al sector hortofrutícola almeriense no le coge por sorpresa esa campaña difamatoria porque es “lo mismo que todos los años por estas fechas”. Con mayor o menor énfasis todos señalan la existencia de una ‘guerra comercial’ como argumento de fondo porque cuanto peor sea la imagen de la agricultura de Almería, más cuota de mercado se supone que ganan los competidores directos.
El consultor agroalimentario Tomás García Azcárate, que trabajó durante muchos años en la Comisión de Agricultura de la UE, advierte que aunque se trata de una práctica reiterativa, “podemos ver peligrar nuestras ventas en Europa si se extiende entre los consumidores europeos la convicción de que una cosa parecida a la esclavitud del Siglo XXI persiste en España”.
Repetitivo
Añade que es curioso que “todos los años, justo al inicio de la campaña local, vuelvan a resurgir los mismos argumentos, no sólo en favor del producto de proximidad sino en contra del modelo de aprovechamiento de la mano de obra inmigrante”, y sostiene que “la realidad es el mejor argumentario; en Almería, no ha existido carencia de mano de obra durante la pandemia de COVID porque mucha de ella, en su origen inmigrante, lleva años afincada en la zona”.
Desde el sector hortofrutícola almeriense el gerente de Coexphal, Luis Miguel Fernández, cree que lo más positivo no es contestar a quienes desinforman o difaman, sino contrarrestar con información veraz que demuestra que aquí hacemos las cosas bien; seguramente tenemos que reforzar ese trabajo para que nos conozcan mejor y de esa forma el impacto de ese tipo de noticias sería menor”.
En cualquier caso lo cierto es que en las últimas semanas diarios del peso del británico The Guardian el francés Le Monde, además de otros alemanes, holandeses o belgas, han puesto el acento en la situación de los trabajadores inmigrantes tanto en Almería como en Huelva.
Guerra comercial
Para Coexphal lo más preocupante llega de los medios alemanes porque “en cuanto se publica algo negativo se multiplican las llamadas de los grupos de la distribución para pedir explicaciones y para tratar de bajar los precios de los contratos con las empresas”.
Ante esos ataques, tanto desde Coexphal como desde la Interprofesional Hortiespaña se han puesto en marcha campañas contra lo que califican de ‘fake news’ que achacan a guerras comerciales para colocar sus productos o para rebajar la factura de las hortalizas almerienses.
García Azcárate advierte que esas campañas, con la inmigración en su base, convergen con otras como las de ‘consuma producto nacional’ que, “curiosamente son también promovidas en nuestro país, con su variante de “consuma producto regional” (no local, no de temporada sino producto regional), para expulsarnos en nombre del nacionalismo alimentario de sus mercados”. La otra se construye en base a las tomas ilegales de riego que pondrían en peligro el equilibrio natural. Añade que las actuaciones de una pone en peligro el trabajo de décadas de una gran mayoría: “son los personajes siniestros que enturbian la exquisita labor del resto, como afirman con razón desde Almería.
Un punto más en esta cuestión la expone el responsable a nivel nacional de frutas y hortalizas de Coag, Andrés Góngora, que no cree en campañas orquestadas, pero que ve que “nuestro sector es vulnerable; cuando un medio quiere un reportaje sensacionalista viene a Almería, busca un par de imágenes y lo lanza. El problema es que no hay respuesta ni del sector ni de los responsables de las instituciones públicas”.
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