El director de la Asociación Española de Bioempresas (AseBio), Ion Arocena, ha asegurado en un acto organizado tras la cumbre del clima de Egipto, que estas compañías pueden contribuir a la solución de esos problemas mediante la ciencia y la biotecnología.
En concreto, ha mencionado el desarrollo de cultivos más productivos adaptados a las condiciones climáticas, la reducción de los residuos y del uso de energía, o el empleo de sustancias de origen biológico para dejar atrás una economía basada en productos petroquímicos.
El portavoz de la empresa Tebrio, Fran García, ha estimado que introduciendo en la formulación de los piensos animales un 10 % de proteína de insecto se lograría liberar millones de hectáreas de cultivo y recuperarlas para generar biodiversidad o para consumo humano.
En comparación con los países donde ya se consumen los insectos producidos de manera "artesanal", García ha propuesto crear una industria que produzca millones de toneladas al año para destinarlas a distintos usos, como a la elaboración de harinas o biofertilizantes.
El director de Moa Foodtech, Bosco Emparanza, ha subrayado que toman subproductos y los revalorizan a través de la fermentación con microorganismos, para lo que emplean un biorreactor.
Ha detallado que están trabajando con distintas empresas de la industria alimentaria para sustituir parte de sus proteínas de origen animal por otras vegetales.
Por ejemplo, están colaborando con la compañía italiana Barilla para procesar sus residuos y elaborar ingredientes veganos y sin alérgenos, como el de un sustituto del queso parmesano en el pesto, una proteína que reemplaza a la carne picada en la salsa boloñesa u otra que enriquece la pasta.
Según sus cálculos, el uso de proteínas alternativas representará el 11 % del total en 2025, un porcentaje que puede ser más alto si se desarrolla la infraestructura necesaria o se aprueba una regulación favorable.
La producción de bioestimulantes y biofertilizantes a partir de las microalgas es la propuesta de la compañía AlgaEnergy, cuyo responsable de la estrategia global de agronegocio, Miguel Rodríguez-Villa, ha enfatizado que son una alternativa para los agricultores en un contexto de altos precios de los insumos tradicionales.
Esos productos, en su opinión, ayudan a producir más con un menor uso de fertilizantes químicos, incrementar el valor nutricional de los alimentos y regenerar el suelo con la flora microbiana, al tiempo que mejoran las condiciones de las plantas para afrontar el estrés causado por la sequía o el calor extremo.
Reducir las emisiones del sector agroalimentario
El responsable de Asuntos públicos, ciencia y sostenibilidad de Bayer, Richard Borreani, ha apuntado que están trabajando en productos tanto químicos como biológicos para garantizar la sanidad vegetal, en herramientas digitales para optimizar el uso de los recursos y en semillas que utilizan "todas las tecnologías".
Bayer se ha propuesto reducir el 30 % de las emisiones de gases de efecto invernadero en producciones agrícolas para 2030 y el 30 % del impacto ambiental de sus soluciones en sanidad vegetal.
En el terreno de la energía, el biogás o biometano está siendo parte de la apuesta por acelerar la descarbonización de la economía, aprovechando las tecnologías más maduras y las infraestructuras existentes, ha recalcado la responsable de Bioenergía y biorrefinerías del centro tecnológico Ainia, Paz Gómez.
El director de Relaciones Institucionales de la Asociación Española de Gas (Sedigas), Pedro Palencia, ha instado a incrementar la producción de biometano en España en colaboración con los agricultores, la industria alimentaria y las administraciones.
Así sería posible reemplazar el 40 % del consumo de gas con esa energía sin necesidad de realizar inversiones adicionales o de cambiar las calderas de los consumidores, ha añadido.
Fuente: EFEAGRO.COM
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