“UNICA ha pasado de ser cooperativa de kilos a empresa con visión de futuro”

Isidoro Carricondo es codirector técnico de UNICA y, desde su experiencia de 30 años vinculado con la cooperativa Casur, luego Natursur y ahora la cooperativa de segundo grado, dispone de una visión de privilegio sobre el presente y el futuro de la empresa. Acaba de defender su tesis doctoral sobre el aprovechamiento de residuos vegetales como nutrientes, ahondando en lo relacionado con la economía circular y con la sostenibilidad.

¿Dada su experiencia, hacia dónde se encamina la evolución de UNICA? 

Yo diría que hemos pasado de una cooperativa de kilos a otra con visión de futuro, con proyectos de investigación muy amplios, con la mirada puesta en la sostenibilidad, con nuevos productos, aprovechando los nichos de mercado... En resumen, trabajamos de manera más cualitativa buscando siempre la rentabilidad del agricultor sostenida en el tiempo.

¿Cuál es la dirección correcta para el sector? 

Si la pregunta es a dónde se dirige y cómo se adaptarán las empresas hortofrutícolas a las nuevas demandas, yo diría que el cliente necesita productos ‘commodity’, pero siempre habrá un nicho para los productos premium y, sobre todo, para el producto ecológico, cuya demanda sigue creciendo.

¿La sostenibilidad es ya una obligación, más que una tendencia? 

Cuando ponemos un producto en el mercado el cliente tiene que ver de dónde proviene, qué estamos haciendo, hay que justificarle que se produce de manera sostenible.

En el ámbito de la economía circular sólo en Almería se están generando dos millones de toneladas de restos vegetales, los cuales son una fuente descomunal de nutrientes.

Si hacemos una buena gestión de esos restos nos quitamos una buena cantidad de insumos de origen mineral.

¿Acaba de defender su tesis sobre el uso de residuos vegetales como fuente de nutrientes, que ha sido calificada con sobresaliente ‘cum laude’. En qué concluye su trabajo? 

Desde antes de 2013, cuando esta cooperativa se denominaba Casur (actual Natursur) se hizo evidente que debíamos hacer una retirada formal de los restos vegetales de nuestros invernaderos; eso derivó en una serie de estudios: había que darle al agricultor una explicación técnica y justificar con datos el porqué podríamos utilizar estos restos vegetales en nutrición.

¿Como responsable de proyectos de I+D de UNICA cuales son los objetivos? 

Desarrollamos varios proyectos como el ‘30x5’, que consiste en un aumento de la productividad en un 30 por ciento en un periodo de cinco años en la propia explotación. Hemos ido mejorando la toma de datos, que el agricultor vea por qué está cobrando un calibre mas, si es más productivo, hacia dónde ha de dirigir su cultivo y asociarlo a la gestión de su finca... En definitiva que tenga los datos de cómo mejorar para obtener mayor producción y calidad en las fechas necesarias y mejorar su rentabilidad.

Estamos también inmersos en el programa Ploutos, de sensorización del campo, donde se recogen datos ambientales como temperatura, humedad relativa, datos de suelo como conductividad eléctrica, temperatura y humedad. Todo ello nos lleva a la mejora de rentabilidad de las explotaciones. Esos datos tenemos que valorarlos, saber dónde estamos, y no basarnos solamente en lo que es la producción, pero sin olvidarla.

¿La empresa trabaja ya en las nuevas variedades? 

Trabajamos en dos líneas; por un lado tenemos material genético de nuestra propiedad y, además, tenemos la finca de ensayos donde hacemos screening con empresas de semillas. Hablamos con esas empresas y marcamos objetivos, hacia dónde se dirige el sector y qué le podemos ofrecer al consumidor al día de hoy. Trabajamos de hecho unidos con ellas desarrollando el material conjuntamente.

Su trayectoria lleva el sello de UNICA: cómo ha evolucionado en este tiempo? 

Empecé mi trayectoria profesional hace casi 30 años en Casur; fui director técnico (Casur posteriormente se fusionó con Parquenat, dando como resultado Natursur); y ahora mantengo esa posición de codirector técnico (responsable de la producción ecológica y de las variedades de tomate de UNICA), junto con la de responsable de I+D.

Hay que estudiar el sistema de manejo circular en el sistema de producción, el aprovechamiento existente en nuestras propias fincas, gestionando sus insumos. Tenemos varios proyectos, sobre todo, relacionados con Big Data (datos de riego, sensores, herramientas…).

Para documentarse en su tesis sobre el uso de residuos vegetales como fuente de nutrientes en zonas con producción agrícola intensiva ha contado con la experiencia de TECOMSA, puesta en marcha hace años por UNICA Group, planta especializada en el ciclo completo de reciclaje de residuos vegetales. ¿Cómo fue la experiencia a nivel de investigación? 

La tesis consistía en un trabajo de investigación sobre restos vegetales, compost y vermicompost (tratados en la planta de vermicompost, técnica consistente en la utilización de la lombriz americana para la descomposición de los residuos y su transformación en fertilizantes naturales), comparándolos con un control orgánico de origen animal y un control mineral.

Se extrajeron resultados positivos especialmente en vermicompost y compost. He contado con la colaboración de investigadores de la Universidad de Almería (UAL), a nivel científico con el diseño experimental y todos los estudios que conlleva, ya que existe una cantidad ingente de analítica a nivel de diferentes nutrientes tanto de savia como en lixiviados, actividad enzimática y población microbiana en el suelo y por supuesto producción.

Y también con Tecomsa, empresa que ha gestionado todo el producto del experimento. Hay un trabajo estadístico muy importante.