El melón es una de las frutas más populares en verano -quizá junto con la sandía-. Aunque hoy en día haya en España zonas de cultivo muy prolíficas, como son Murcia, Andalucía y Castilla-La Mancha, el melón se originó en la antigua Persia hace más de 4.000 años, con un sabor muy diferente al actual. Era considerado un manjar, y así se describe en textos de Aristóteles o Plinio el Viejo, pero se daba más valor a su textura y aroma que a su sabor.
Desde Persia, el cultivo se extendió por Asia, África y Europa. En el Imperio romano se cultivaba en grandes cantidades y simbolizaba estatus social. Sin embargo, hasta la Edad Media no llegó a expandirse por el resto de Europa, gracias a los árabes, que dieron a conocer distintas variantes de melón. Con el paso del tiempo, los agricultores experimentaron para mejorar esas variedades y así obtener la fruta dulce y sabrosa que conocemos hoy.
El melón llegó a América de la mano de los colonizadores europeos y, siglos después, continúa cultivándose alrededor del mundo. El país que se postula como mayor productor de esta fruta es China, aunque hay zonas de Castellón, como La Llosa o Xilxes donde también se cultiva con éxito. De Xilxes, precisamente, es Vicent Eixea, un agricultor que lleva cultivando melones casi medio siglo.
El truco de un agricultor experimentado
Eixea ha desvelado cuál es la mejor manera de comprobar el estado de un melón antes de comprarlo. En una entrevista a El Periódico Mediterráneo ha desmentido el mito de las líneas: "Los hay que dicen que es mejor que sean rectas, y otros circulares, pero realmente es secundario". Lo verdaderamente importante radica en otra zona del melón.
Un buen melón "tiene que terminar el proceso de maduración en la planta, y eso se sabe por el color amarillo que tiene el pezón", asegura. Cuenta que si no se percibe ese color, no ha madurado correctamente, por lo que "antes de comprarlo tenemos que comprobar que la parte por la que se corta -aunque mida solo unos milímetros- sea amarilla, eso es lo fundamental".
Asimismo, destaca otro truco más común entre la población que no está tan familiarizada con la producción de melón. Para saber si está en el punto perfecto, se puede comprobar "dando unos golpes que tienen que sonar secos. Si hay eco es que no está como debe estar", subraya. Del mismo modo es importante el peso, "tiene que pesar porque se tiene que haber alimentado lo suficiente, aunque es cierto que se puede manipular el peso con nitrógenos que dan más tamaño, pero no más sabor", señala.
Sus melones se cultivan con mucho mimo, según cuenta en la entrevista: "Durante los 365 días del año estoy pendiente; primero de la tierra para plantar en su momento, después estoy diariamente comprobando cómo va creciendo la mata y después sigo el control en el melón, para que no sufra ningún tipo de adversidad y cosecharlos en su momento más óptimo de dulzura. De esta manera, el cliente se lleva unas frutas con mucha personalidad".
Este agricultor no produce sus frutas en masa, sino que él mismo prepara los encargos diarios y realiza las entregas, por lo que sus melones van del campo a las casas de los clientes; además de a unas 80 empresas de la zona de Castellón. Por eso, Eixea recomienda acudir a los vendedores de confianza, pues "en el supermercado es fácil encontrarte con algunos que no tienen las características deseadas".
Fuente: 65ymás.com
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