Veinte años en un sueño de cine con música de un motor

Casco, gafas de aviador, pañuelo al cuello colocado estratégicamente para que vuele al viento, y a lomos de una Vespa, una Derbi o una BMW R-27. Esa es mi imagen idílica y quizá demasiado cinematográfica de la vida del motero que sale a surcar las carreteras buscando más una experiencia con el entorno y sus compañeros que el trasladarse de un lugar a otro o el quemar neumáticos viajando a toda velocidad.

Una imagen que siempre me causó envidia y que cada Feria de Almería me volvía a la mente cuando veía desfilar por las calles de la ciudad a los miembros de la Asociación de Amigos de las Motos Antiguas con su caravana multicolor de reliquias de dos ruedas en las que moría por subir.

Quizá sea por ese gusanillo que crea el cine, por el que genera el viento en la cara o la belleza de una moto antigua restaurada con tus propias manos, es un amor que se extiende. Lo cierto es que cuando nació esta ruta motera feriante, allá por el año 1996, fueron solo 33 los valientes que llevaron a la Plaza Vieja sus mejores ejemplares. De hecho, en ese entonces fue una ‘Alcyon’ de 1919 la moto que reinó por encima del resto, en unos tiempos en los que en solo un año se había restaurado unas setenta motos.

En cambio ahora, cuenta el presidente de la Asociación de Amigos de las Motos Antiguas, Armando González, que solo ellos cuentan con 80 socios actualmente y que lo mismo que hay socios que tienen una o dos motos, hay otros que tienen 30 o siete como tiene él. Y es que “es una pasión que no tiene límites”.

Los amantes de las motos antiguas no hablan del valor de cada modelo porque no es solo lo antiguo que sea, lo que cueste encontrar sus piezas o su precio original, sino el valor sentimental que tiene para el propietario. Dice González que su sueño es “conseguir una Maico Taifus 400” el modelo que él llevaba de joven y en el que incluso llevó a cuatro personas hasta que el último en subirse dio de nalgas contra el suelo.

Hoy, a partir de las 10 de la mañana, la Plaza de la Catedral acogerá el arranque de este ruta motera almeriense que está de cumpleaños. Aún es pronto para saber si la Harley más antigua que está en la provincia estará allí, o si lo haran las motos de los años 20 que tienen algunos de los miembros de la asociación.

Lo que sí estará es lo que preside esta ruta desde 1996, el amor al ruido del motor, a la diversión con los compañeros de experiencia y a compartir su pasión.