Reconocimiento a los miles de rostros femeninos de Almería

En su autobiografía, Gabriel García Márquez afirmó “en todo momento de mi vida hay una mujer que me lleva de la mano en las tinieblas”. Sin embargo, casi nunca nos acordamos de ellas; de las que, en silencio y como si no costara nada, dedican su vida a ser trabajadoras,  madres, amigas, consejeras y siempre acostumbran a echarse el mundo a la espalda (sobre todo si, con ello, consiguen aliviar la carga que lleva a cuestas alguno de sus seres queridos).

Ayer, no obstante, fue el día en el que Almería ofreció su particular y merecido tributo a esos miles rostros almerienses de nombre femenino que permanecen el resto de días del año en el anonimato sin esperar ningún reconocimiento a cambio. Más de mil mujeres acudieron, flor y abanico en mano, a la Caseta Municipal del Recinto Ferial para participar en el Homenaje a la Mujer que el Ayuntamiento ha organizado por cuarto año consecutivo. La mayoría de las asistentes eran usuarias del Centro de la Mujer, aunque también acudieron integrantes de asociaciones como AMAMA de Almería o la Asociación Argar.

Sin embargo, a pesar de que el acto rinde tributo a todas las mujeres almerienses, en esta cuarta edición, el Área de Familia e Igualdad de Oportunidades quiso homenajear de manera especial, como representante de este colectivo, a Dolores Sánchez, una de las usuarias de los centros de la mujer  de Calzada de Castro y Cortijo Grande que ha participado de manera continua durante cinco años en las actividades que en ellos se han organizado, especialmente en las relacionadas con el campo de la informática y la fotografía. Sin poder apartar la sonrisa de su rostro, Dolores recibió de manos del alcalde, Ramón Fernández-Pacheco, una insignia conmemorativa por su esfuerzo a lo largo de estos años.

El evento también contó con sorteos, el concurso de trajes de flamenca ‘Lunares y Volantes’, que augura convertirse en una de las tradiciones de este acto, y una actuación a cargo del grupo musical Los Vinilos que, tras el almuerzo, hizo que todas las asistentes saltaran a la pista para bailar al ritmo de algunos de los temas más populares. Sin embargo, la actividad estrella de esta sobremesa fue el fotomatón, pues ni la mayor parte de las asistentes ni tan siquiera el propio alcalde abandonaron el recinto sin antes haberlo probado.