La ilusión de los aficionados por el inicio de la Feria Taurina de la Virgen del Mar se palpaba en el ambiente desde la circunvalación de la Plaza de Toros. Una ilusión que se transformó en felicidad al comprobar que el bellísimo Coso de Vilches recuperaba su esplendor con la presencia de un número importantísimo de aficionados, recuperando el aspecto de épocas doradas.
Antes de que comenzara la Feria tuvo ocasión de charlar con Óscar Martínez, Casa Chopera, y su hijo, Guillermo y me comentaron que se estaba recuperando la venta de abonos, con respecto al pasado año. Esos datos los pude confirmar con la belleza de una Plaza, donde las señoras engalanan los palcos con sus mantones de Manila y volviéndose a cumplir la tradicional merienda taurina, con descanso entre el tercer y cuarto toro de la lidia. La tradición de la 'merienda taurina' se inició en Almería cuando se realizaban los festejos de fiestas en la Plaza Vieja, en el siglo XVI y que muchas otras importantes plazas han copiado de la nuestra, aunque sin el esplendor que transmite la Feria de la Virgen del Mar.
De igual modo, colgar los mantones de Manila en los palcos del Coso de Vilches surgió con el desarrollo económico de la minería en Almería. Era una forma de mostrar la situación social y económica, la ostentación de la familia que ocupaba dicho palco.
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