Los feriantes amagan con un plante

Lío monumental con la realización y ubicación de las fiestas en el Barrio Alto, las primeras de los barrios que siguen optando por las tradicionales verbenas en vez de por semanas culturales.

Mientras el equipo de Gobierno municipal hacía público que hay un informe realizado por la Policía Local que desaconseja la realización de las fiestas en la Rambla Amatisteros como se había estado realizando en los últimos años y se aconsejaba que se trasladara a las calles del interior del barrio, los vecinos de la zona ya se mostraban en contra de esta ubicación.

Los más perjudicados de esta polémica son los feriantes, al menos así se consideran ellos hasta el punto de que el presidente de la Asociación de Feriantes de Almería, Juan Milán, explicaba ayer que están dispuestos “a no ir al resto de las fiestas de los barrios de la periferia” en los que no hay problemas por parte del equipo de Gobierno municipal. Y es que según Milán son 300 los feriantes que “si les quitan la feria le quitan el pan” ya que “de los seis meses que se realizan fiestas se vive todo el año”.

A pesar del amago de movilización el presidente de los feriantes almerienses se muestra totalmente dispuesto a poner de su parte para que se realicen estas fiestas. Tanto es así que asegura que “si hay que poner los cacharricos sin música se ponen, si hay que cerrar a las doce, se cierra” pero pide que se les permita realizar las fiestas.
Esta intervención de Juan Milán la realizaba durante una convocatoria del Grupo Municipal de Ciudadanos en la que volvían a manifestar su apoyo a la realización de estas fiestas de barrio.

Regularización
Explicaba el portavoz de Ciudadanos en el Ayuntamiento, Miguel Cazorla, que su grupo aboga por regularlas, poner horarios, llegar a consensos pero que mientras se alcanzan, sí que pide que se conceda “el permiso para las que llegan ya, las de Barrio Alto, Cruz de Caravaca y Nueva Andalucía”.

Se niegan desde la formación naranja a obligar a todas las asociaciones a hacer semanas culturales y piden que “se les deje la libertad de elegir”. Con respecto al informe que desaconseja que las del Barrio Alto se hagan en Amatisteros, asegura que no lo han visto “por lo que no se puede opinar” pero le sorprende mucho que “el año pasado sí tuvieran informe favorable siendo el mismo sitio y este año no” preguntando entonces al equipo de Gobierno sobre “cuáles son los criterios que han cambiado”.

Cree Cazorla que la intención del equipo de Gobierno con la nueva propuesta “que comprende solares de privados que ya han dicho que no quieren que se hagan allí” lo que busca es “dividir a los vecinos” y tilda de “berenjenal absurdo” lo que está pasando.

Pregunta el portavoz de Ciudadanos si ahora van a mandar más unos cuantos vecinos que las asociaciones y le lanza una cuestión al equipo de Gobierno: “si los vecinos de La Goleta se unen y dicen que no quieren la Feria de Almería en el recinto ferial porque hace ruido, ¿qué hacemos? ¿Cambiamos la feria de sitio?”.
A lo que añade que “es cierto que el ruido de las fiestas molesta pero también son incómodas las obras pero ¿no las hacemos?”.

Total, que en estos momentos hay un importante lío montado que pone en duda hasta que haya fiestas en el Barrio Alto.

El Centimillo
Liberio López, presidente de la asociación de vecinos ‘El Centimillo’ del Barrio Alto, organizadora de las fiestas, no entiende lo que está ocurriendo ya que hace dos semanas les dieron todos los permisos en Amatisteros y ahora aparece un informe contrario.

Explica López que “desde el año 2004 que empezamos a realizarlas en ese emplazamiento, menos en 2011 y 2012, siempre nos han dado el visto bueno” por lo que creen que existen informes contradictorios y están estudiando acciones con respecto al tema.

Con respecto al ruido asegura el presidente vecinal que han cedido en todo: “nos han quitado el lunes aunque sea festivo, tenemos solo hasta las doce, nos han quitado el jueves por la tarde el desfile de carrozas y habíamos aceptado todo, y ahora vienen con el cambio cuando ya está todo contratado”.

Lo cierto es que se sienten presionados para cambiar las verbenas por semanas culturales a pesar de que ellos quieren ‘sus’ fiestas.