Los reyes de las casas y de las calles

Detrás de un gran perro es posible que haya un gran hombre  o una maravillosa mujer, pero también cabe la posibilidad de que detrás de un perro haya un dueño miserable que vaya dejando la mierda del animal en cualquier esquina o medio disimulada en la arena de la playa. “Que sabe el animalico”, dicen algunos si alguien les llama la atención.

Ahora que tener un perro se ha hecho tan necesario como llevar un móvil en el bolsillo conviene que las normas queden claras para que podamos convivir en paz de igual a igual. Basta darse una vuelta por el Parque o por el Paseo Marítimo para comprobar que lo de los perros va  en serio, y que han comenzado a reinar en las casas y en las calles y que es el hombre el que se ha convertido ahora en el mejor amigo del perro, en su más fiel servidor. 

Hay perros que van como príncipes, tan bien pelados, con sus collares de último modelo, enganchados a esas correas de gran alcance que cuando se estiran se vuelven imperceptibles y te zancadillean al menor descuido. Hay perros que comen mejor que las personas y que visten a la moda de los nuevos bazares donde uno puede encontrar cualquier capricho imaginable para su animal. 

Uno de esos templos de las mascotas está en la calle de Floridablanca, a unos metros de la Plaza de San Pedro. Su dueño es Diego Martín Camus, que hace veinticinco años intuyó que el mundo de los animales podían ser un buen negocio y no se equivocó. Su tienda es un supermercado donde el que entra sale decidido a comprarse un perro o a buscarse un gato de compañía aunque no fuera esa su intención. El establecimiento es una invitación a entrar en el mundo de los animales. Tiene de todo lo creado, cualquier detalle que pueda hacer más agradable la vida del hombre y del animal. Uno puede encontrar allí increíbles cepillos fabricados para toda clase de pelos; huesos de imitación de todos los tamaños; los perfumes más sugerentes del mercado, las colonias más refrescantes y los acondicionadores más poderosos para que su mascota luzca como una estrella de cine. Si usted quiere darle una fiesta al animal puede buscarla entra la amplia gama de chucherías de la tienda, con sabores tan distintos con productos que imitan el sabor a gamba, a pollo y a chocolate.

Hay pastas de dientes especiales, con sus correspondientes cepillos dentales y sus líquidos para enjuagues. Correajes de última generación para aquellos dueños que hacen running y les gusta llevarse también al perro a hacer deporte enganchados a su cintura. En collares lo tienen todo, desde los tradicionales   antiparásitos hasta los de alta gama, donde se incluyen los collares de educación a distancia y los collares anti ladridos, que llevan incorporado un sistema de descarga eléctrica para que el perro aprenda a no molestar. 

La tienda ‘Mascotas’ exhibe en sus estanterías toda clase de ropa para los animales. Tiene abrigos para cuando apriete el frío; impermeables, jerseys y hasta disfraces de policía local, de bombero y de guardia civil por si el dueño quiere sacarlo en una tarde de carnaval para que el perro se divierta. 

En alimentación es posible encontrar los piensos más completos con la mezcla perfecta de nutrientes para que el perro esté hecho un toro y hasta papillas por si el animal está delicado y no puede masticar bien. Y si el dueño quiere premiarlo, existen los juguetes Kong, que llevan por dentro la recompensa de una chuchería que el animal tiene que conseguirla utilizando toda su destreza. En el sótano del establecimiento está el espacio reservado a la peluquería canina y en la acera de enfrente, la clínica del veterinario, fundamental para que la salud de los animales esté perfectamente controlada. Aquella frase antigua que decía “llevo una vida de perros” ahora quiere decir todo lo contrario.