Se queman cuatro cipreses en la plaza Gloria Fuertes

El propietario de un quiosco cercano comenzó a apagar el fuego con cubos de agua

Bomberos durante su intervención en la plaza Gloria Fuertes.
Bomberos durante su intervención en la plaza Gloria Fuertes.
María Medina
20:07 • 06 jun. 2016

La colilla mal apagada de un cigarro podría estar detrás del incendio que en la tarde del lunes quemó parte de cuatro cipreses en el Parque Gloria Fuertes de la capital. La alta columna de humo, que podía verse a cierta distancia, no correspondía a la gravedad del incidente. Un suceso que no llegó a más por la acción de los Bomberos y, antes, por la intervención de Antonio Cano.




Presidente de la Asociación de Vecinos de Nueva Andalucía y propietario del quiosco Gloria Fuertes, se encontraba trabajando en su local cuando vio un chispazo seguido del humo. “Salí corriendo con el cubo de la fregona en la mano y empecé, a cubetazos, a intentar apagar el fuego. El primero cubo iba con jabón y todo”, decía mientras explicaba a los agentes de Policía Local qué es lo que había visto.




Una colilla mal apagada
Al parecer, y según habría apuntado un vecino de la zona, alguien habría entrado “a orinar” entre los cuatro árboles y habría dejado caer el cigarro mal apagado lo que, sumado, a lo secos que estaban los cipreses, habría ocasionado el fuego.




Atracción vespertina
Un punto que no habían confirmado los bomberos que, por otra parte, se convirtieron en una atracción para los niños que jugaban en el parque. Y es que, una vez controlado el fuego y mientras recogían, algunos de ellos se encargaron de explicar a los más pequeños (también a los padres), cómo funciona el camión bomba y cómo se coloca el casco para evitar problemas. Algunos aprovecharon, incluso, para hacerse fotografías.




El lugar quedó perfectamente asegurado después de que el personal del Parque de Bomberos de la capital no sólo apagara el fuego, que levantó una importante columna de humo, sino que humedeció toda la zona colindante. Se trata de pequeños parterres en los que los matorrales y las flores están resecas. La idea es evitar que prendiera cualquier chispa que hubiera podido verse afectada por el fuego principal.




Agentes de la Policía Local se encargaron del atestado y de preguntar a los vecinos qué habían visto por la zona poco antes del incendio. Todo quedó controlado en menos de veinte minutos desde que Antonio Cano hiciera la primera de las llamadas que llegó al Parque de Bomberos alertando del fuego y del humo.






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