Mil familias no saben hoy qué van a comer sus hijos a partir de septiembre

A dos semanas de septiembre, las Ampas (asociaciones de madres y padres) de los colegios Cruz de Caravaca y Madre de la Luz, en la capital, y del CEIP Arco Iris, en Aguadulce (Roquetas de Mar), no conocen todavía si la Junta de Andalucía les va a conceder o no la gestión de los comedores escolares como han venido haciéndolo hasta ahora. Y algunos, desde hace más de 35 años. 

Temen los padres, que tienen que contratar personal y apalabrar contratos con proveedores antes del 1 de septiembre, que la resolución del Gobierno andaluz prime a las grandes empresas de catering y deje de lado la “calidad”. 

Sin ánimo de lucro
Es esta calidad la principal baza con la que cuentan las Ampas. Asociaciones que gestionan comedores que dan de comer a casi mil niños, explican representantes de padres que se han unido para mejorar las condiciones económicas de un proyecto de gestión que, “en ningún momento, busca un beneficio económico. Todo lo que se cobra se revierte en el comedor”, explica Carmen García, presidenta del Ampa del CEIP Arco Iris.

Tanto ella como compañeros de otras Ampas pendientes aún de la resolución de la Junta sobare el comedor, lamentan que tengan que “luchar” por defender un sistema que funciona, que es valorado por padres y alumnos, y que, en algunos casos, supone un factor fundamental a la hora de escoger un centro educativo y no otro.

En vilo desde hace 2 años
La lucha de la que hablan comenzó hace dos años cuando la Junta modificó las condiciones para optar a la gestión de los comedores escolares. Las grandes empresas superaban a las Ampas, que no tienen capacidad para rebajar los precios a niveles que obligan a rebajar la calidad de la comida. Entonces, gracias a la presión que se realizó a nivel andaluz para defender los comedores gestionados por padres, la Junta permitió a las Ampas continuar con la gestión con un contrato por dos años, prorrogable otros dos. Pasados esos dos años, se ven ahora en la necesidad de defender esa prórroga.

En enero, la Junta ya comunicó a diferentes Ampas que el número de niños con comedor bonificado (que no pagan el total del comedor) aumentaba y que, a su vez, subía, por el incremento del IVA, el precio que han de pagar los padres por comedor. Así las cosas, en marzo de 2016 los presupuestos realizados por las Ampas en septiembre de 2015 se quedaban desfasados y  con un balance más que negativo. (Las Ampas recuerdan además que hay un agravante y es que las becas que da la Junta a niños de familias con pocos recursos económicos, son asumidas por los gestores de los comedores). Esto viene a complicar los presupuestos, dado que la Junta aumenta las becas y luego achaca a las Ampas que van ahogadas “por pagar lo que la administración no abona”, razonan.

Propuesta mejorada
Con estos presupuestos ajustados, las Ampas que apuestan por  el comedor han tenido que ajustarse al máximo, compartir nutricionista y buscarse “la vida” para alejarse de los números rojos, mantener la calidad, ofrecer producto ecológico, y optar a la prórroga del contrato, explica Mar Requena, presidenta del Ampa de Madre de la Luz.

Al mismo tiempo, a algunos centros, como el CEIP Santa Isabel, la propia Junta  ofreció al Ampa la posibilidad de prorrogar el contrato si firmaban la documentación. Y así lo hicieron, recuerda el presidente de la asociación, José María Villegas, que confía en la palabra dada por Educación (la administración no ha firmado todavía esa prórroga). 

El resto, ha vuelto a licitar empujado por la certeza de que no les iban a prorrogar. Hoy, con la documentación presentada (incluido un anexo en el que la Junta “olvidó” borrar el nombre de una empresa de catering a la que habría dado por adjudicada la gestión de los comedores), ni  Cruz de Caravaca, ni Madre de la Luz, ni Arco Iris tienen noticias sobre el futuro del comedor. Eso sí, no descartan movilizaciones si observan que la Junta favorece a las empresas de catering.