El almeriense yihadista que se infiltró en los servicios secretos alemanes

Roque Núñez Fuentes, detenido actualmente, se convirtió al yihadismo y quiere “luchar por Alá”

Roque ha sido el único "topo" conocido dentro de la inteligencia alemana.
Roque ha sido el único "topo" conocido dentro de la inteligencia alemana.
Carmen López
17:41 • 04 dic. 2016

Un almeriense residente en Alemania y que durante un largo periodo se hizo llamar Herr Roque Müslingham, adoptando el apellido de su mujer, ha llevado de cabeza a los servicios secretos alemanes hasta que finalmente ha sido detenido por su vinculación con la Yihad, tal y como recoge El Mundo. Ejerció como contable de una parroquia en la localidad de Krefeld, fue tatuador, actor porno gay, montó una empresa para vender ropa interior militar,  ha trabajado en un banco y ha sido un ‘topo’ de los servicios secretos  alemanes muy difícil de capturar.




La prensa alemana aseguraba que la Fiscalía de Düsseldorf  confirmó que el detenido, de 51 años, había planeado un atentado en la sede del BfV (los servicios secretos alemanes para los que trabajaba) en Colonia, tal y como recoge el diario Sueddeutsche Zeitung. El plan  estaba en fase de preparación.




El sospechoso, casado, con cuatro hijos y convertido al Islam hace dos años, había sido contratado el pasado mes de abril como miembro transfronterizo para observar la situación salafista en Alemania. Las autoridades del país germano informaban de que el hombre  era muy activo en páginas web extremistas y que, bajo pseudónimo, había publicado información clasificada, presuntamente sobre los detalles de las redadas contra extremistas.




Según Der Spiegel, la familia del detenido no era consciente de que se hubiera convertido a la fe islámica. El detenido estaba bajo vigilancia desde hacía cuatro semanas, hasta que finalmente se emitió la orden de detención contra él.




Se cambió el apellido
Después de un tiempo utilizando el apellido de su mujer, incluso en las redes sociales, recuperó sus propios apellidos y pasó a llamarse Núñez Fuentes y, según relata ‘El Crónica’ de El Mundo, ya se había convertido al Islam. Cuando fue detenido aseguró que, el día en que sea puesto en libertad, viajará a Siria para unirse al ISIS.




Esta misma publicación cuenta que “el almeriense es hoy un problema para el gobierno de Angela Merkel”. La oposición denuncia el agujero de seguridad que Roque ha sacado a la luz, y pide cambios en las pruebas de acceso a sus servicios secretos, porque logró entrar en ellos. Es el primer caso que se conoce de un espía en la inteligencia germana. Se integró de tal manera que le asignaron la vigilancia de los  de islamistas  radicales.




El “traidor”
El caso lo desveló la pasada semana Der Spiegel, aunque lo hizo sin desvelar la identidad del almeriense, y hablaba de un “traidor” detenido. Lograron descubrirlo porque él mismo se destapó en un chat extremista declarándose “soldado de Alá”. Tuvo la ‘fortuna’ de chatear con otro agente de los servicios secretos alemanes  y gracias a ello fue detenido el pasado 16 de noviembre. Aseguran que planeaba un atentado contra la Agencia para la que trabajaba.




Un tipo normal
Sus parientes están perplejos por las noticias que han recibido sobre Roque. En su perfil de Facebook, solo una prima suya aparece como familiar amiga. Y es que Roque era aparentemente un ciudadano ejemplar. Hasta hace un año, llevaba al milímetro las cuentas de la pequeña comunidad católica española en la parroquia de Krefeld, al oeste de Alemania. Acudía con sus cuatro hijos y su mujer a las misas de la iglesia de Sankt Josef, empujando la silla de ruedas en la que  se desplaza uno de ellos y se sentaba casi cada domingo en torno a una mesa con los católicos de habla hispana. Trabajaba en un banco e incluso había creado una fundación que recaudaba fondos para niños discapacitados como el suyo, para poder ofrecerles tratamientos con delfines. 


Este almeriense ha dejado atónitos a los miembros de la parroquia a la que asistió con cierta regularidad y a la que  llevó la contabilidad y, sin lugar a dudas, a los servicios secretos alemanes que le permitieron entrar en su organización sin sospechar por un instante que estaban metiendo al zorro en la madriguera. 



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