Un año de prisión por viajar en un ferry con medio kilo de hachís en el estómago

La Sección Segunda de la Audiencia Provincial de Almería ha confirmado una condena de un año de cárcel para un ciudadano magrebí acusado de un delito contra la salud pública por viajar con más de medio kilo de hachís alojado en su estómago.

El detenido embarcó en un ferry en el Puerto de Nador (Marruecos) en octubre de 2009. Ejercía las funciones de “mula”, como se conoce en el argot policial a los encargados de los transportes de hachís, propiedad de terceras personas. 
Su objetivo era saltar los controles policiales a ambos lados del Mar del Alborán y entregar el alijo de droga a traficantes en Europa. Para ello envolvió cuidadosamente las bolas de resina de hachís en plástico de cocina y tragó cada bellota horas antes de emprender el camino rumbo a la ciudad de Almería.

Se trata de un mecanismo común en las rutas de la droga entre Marruecos y Almería, especialmente tras la fuerte presión de la Guardia Civil y Vigilancia Aduanera en la franja litoral. Las organizaciones criminales optan por métodos alternativos a los alijos en lanchas rápidas y, aunque se mueven cantidades muy inferiores, buscan alternativas de meter mercancía en el mercado español a través de los transportes alternativos.

Sin embargo, la Guardia Civil no permitió el paso. Los agentes del Servicio Fiscal iniciaron un registro de equipajes y pasaje del ferry N Marrakech antes del control fronterizo de la Policía Nacional en el Puerto de Almería y descubrieron al acusado con el vientre hinchado por las molestas bellotas de resina de hachís.

Radiografía
Una radiografía determinó la dimensión del cargamento, que el detenido expulsó poco a poco entre fuertes dolores. El viajero portaba en su organismo 53 bolas de hachís  protegidas por plástico, con un peso total ligeramente superior al medio kilo.

El tribunal condena al acusado a un año de cárcel por un delito contra la salud pública y al pago de una multa de 3.000 euros en concepto de responsabilidades civiles.  La droga habría alcanzado un valor en el mercado clandestino de 2.400 euros, según los informes periciales aportados al procedimiento.