En Nochevieja, sienta un cuñado a la mesa

La gente está idiota con el móvil, los robots nos van a quitar el trabajo, y que sí, cuñao, que lo que tú digas. Come y calla, anda.

SIN DATOS
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Cadena SER
13:30 • 30 dic. 2016

Llega la Navidad y, con ella, las clásicas comidas y cenas en familia en la que padres, hijos y abuelos se sientan a la mesa para disfrutar de una agradable velada junto a los suyos. Los tradicionales dulces navideños, el café, el licor de hierbas y las historias de los más queridos protagonizan las sobremesas de estas fiestas. Cada familia es distinta, pero en la mayoría de las reuniones navideñas sobresale, sobre todos los asistentes, un espécimen cada vez más frecuente: el cuñado.




Además de palabras como establishmentMannequin Challenge o caraanchoa, una de las palabras del año ha sido cuñadismo. Pero, ¿qué es el cuñadismo? Pese a que hasta la fecha tenía un significado muy próximo a amiguismo, las redes sociales han provocado que haya variado.




A partir de ahora, la Fundación del Español Urgente describe cuñadismo como la actitud de aquella persona que aparenta saber de todo, habla sin saber, pero impone su opinión o se esfuerza por mostrar a los demás lo bien que hace las cosas. Utilizado mayoritariamente en Internet y hasta en las tribunas políticas, este término se ha convertido en uno de los más populares del momento. ¿Sabrías detectar un caso de cuñadismo agudo en tu familia durante la sobremesa de Nochebuena? Te ayudamos con diez frases que todo buen cuñado pronuncia, al menos una vez, a lo largo de la noche.




"Tengo un amigo que nos puede conseguir marisco fresco de Galicia por dos duros"




Esta frase puede incluir, según del tipo de cuñado que tengas en casa, otros alimentos, como el jamón. El cuñado por excelencia siempre sabrá cómo conseguir este tipo de productos a un precio mucho más reducido. No obstante, nunca aparece por la puerta con ellos.




"Seguro que este vídeo no lo habíais visto nunca"




Tu cuñado, experto en felicitaciones navideñas desde 1975, es el típico usuario de WhatsApp que manda cada año el mismo mensaje que te ha llegado por cinco amigos con anterioridad y asegura que es él el que se lo ha inventado.




No contento con atribuirse ingeniosas felicitaciones que realmente no son tuyas, el cuñado se pasará toda la noche enseñándote vídeos de caídas que le han pasado por WhatsApp que se emitieron hace diez años en el programa Impacto TV. Si ves que tu cuñado tiene batería suficiente como aguantar toda la noche, siéntate lejos de él.


"Lo barato sale caro"


Como a lo largo de la comida o cena navideña se rompa algo o le comentes a tu cuñado que ha comenzado a fallarte el teléfono móvil que te compraste hace tres años por cien euros, prepárate para la siguiente frase: "Si es que, al final, lo barato sale caro".


Sí, por supuesto, tu cuñado tendrá un teléfono móvil de última generación, asegurará que está contento con él y que prefiere gastarse el dinero en un smartphone de calidad porque lo barato acaba saliendo caro. No obstante, y pese a que desembolsó una importante cantidad de dinero en el dispositivo, el cuñado también mira por su bolsillo, lo que nos lleva a la frase cuñada número seis.


"En Internet está mucho más barato"


Pese a que se compró un teléfono por cerca de mil euros, tu cuñado presumirá de que ha hecho el negocio del siglo después de haber adquirido por Internet un producto cualquiera (principalmente, artículos tecnológicos). Si has comprado cualquier cosa recientemente, no se lo cuentes. Ya lo habrá visto en la Red por un precio mucho menor al que tú lo has comprado.


"Si ya te lo dije yo"


Tu cuñado sabía que Donald Trump ganaría las elecciones de Estados Unidos, que Portugal se llevaría la Eurocopa, que Pedro Sánchez dimitiría e incluso que La Bicicleta sería la canción del verano mucho antes de que la compusieran. Además, te utilizará como coartada y asegurará delante de toda la familia que ya te lo dijo hace meses. No obstante, tú no recordarás que te lo dijera porque, efectivamente, nunca lo hizo.


"Está bueno, pero yo le pondría (añade un ingrediente)"


Los cuñados son expertos culinarios desde el comienzo de los tiempos. Pese a que todos los comensales opinen que el marisco que has preparado está perfecto, asegurará que está bueno, pero que estaría mucho mejor si le añadieras un poco de sal. Te recordará, como ya hizo el año anterior, que el marisco es un producto que pide mucha sal para cocerlo y puede quedar soso a la hora de presentarlo.


"Así no se pelan los langostinos"


Ni sabes cortar jamón, ni sabes pelar langostinos, ni abrir centollos. Tu cuñado te enseñará cada año cómo se hace cada una de estas cosas. Como si hubiera sido tocado por una varita mágica, sabrá hacer sin mancharse todas y cada una de estas cosas que a ti tanto te cuestan.


Por si fuera poco, tendrá alguna historia para contar mientras te ayuda a pelarlos. Si en el menú navideño hay productos como langostinos o percebes, prepárate para escuchar la historia de por qué los primeros cambian de color al cocerse o la del tamaño del pene de los segundos.


"Para qué compráis tanto si va a acabar sobrando"


Invadido por el espíritu de Nostradamus, al igual que en la frase cuñada número siete, tu cuñado se anticipará a cualquier movimiento y sabrá, mucho antes de que se haya empezado a comer, que va a sobrar mucha comida: "¿Para qué compráis tanto turrón si sabéis que va a sobrar un montón?".


Eso sí, en caso de que los ibéricos hayan triunfado en la mesa y se hayan acabado antes de tiempo, tu cuñado, que presidirá la mesa, te recordará que tenías que haber comprado más cantidad.


Recuerda que el cuñado no tiene por qué ser el hermano de tu pareja. El espíritu del cuñado puede residir en tu padre, en tus hijos o incluso en tu propio cuerpo. Por lo tanto, si ves que estás empezando a presentar alguno de estos diez síntomas, recuerda que todavía estás a tiempo de revertir la situación.


 



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