Preparan los pinos contra la procesionaria

Los pelos urticantes que recubren a esta oruga provoca reacción sobre todo en niños y perros

Procesionaria en una calle de la capital.
Procesionaria en una calle de la capital.
Lola González
07:00 • 12 mar. 2017

Como cada año con la subida de temperaturas primaveral, suele ser entre los meses de febrero y abril, las procesionarias comienzan a bajar de los árboles y a recorrer las calles almerienses en cuyos jardines hay plantados pinos.




Esta curiosa imagen de esta época supone un importante riesgo sobre todo   para los niños y los animales por el alto nivel de toxicidad de los pelos que la recubren. Estas orugas recubiertas de pelos urticantes se desprenden y flotan en el aire, por lo que pueden provocar irritación en oídos, nariz y garganta en los seres humanos, así como intensas reacciones alérgicas. La sustancia que le confiere esta capacidad urticante es una toxina termolábil denominada Thaumatopina. 




Inicio del tratamiento Ante los peligros que supone la presencia de estos animales, el Ayuntamiento de Almería ya ha iniciado el tratamiento de los pinos que se encuentran en el término municipal. 
Explican desde el área de Servicios Municipales del Ayuntamiento de Almería que “ya se han tratado los árboles existentes en los centros educativos públicos de Los Millares, Santa Isabel, Princesa Sofía y el centro Ave María de El Quemadero”.




Además de estos centros educativos, desde el ente municipal también se ha trabajado en la prevención de lo que puede llegar a convertirse en una plaga en varias calles. En las vías contampladas para esta actuación se encuentran Pío VII, Virgen de la Macarena, Esmeralda, Sierra de Gredos, calle Jardineros, Pinar de Villa María, el parque de Los Pinos del barrio de El Alquián y en el barrio de La Chanca.




Lo cierto es que estas orugas que tienen colores similares a los del tronco y ramas de los pinos en los que habitan principalmente para evitar que puedan ser localizadas por depredadores, en su bajada de los árboles suelen ir siempre en procesión y viven en bolsones en los que se desarrolla la larva. 




El principal peligro de hecho son tanto lo llamativo de estas bolsas como de las largas procesiones ya que llaman la atención de los más pequeños que tienden a tocarlas por curiosidad y es entonces cuando se desprenden los pelos urticantes.




Pero si es problemático para los más pequeños, para los animales, sobre todo para los perros, puede llegar a ser incluso mortal. En este caso los canes a veces se las comen y esto supone que se traguen todo el tóxico que contiene el insecto, con lo que pueden llegar a sufrir una necrosis tanto en la garganta como en la lengua. Lo más habitual es que los animales comiencen a babear y a rascarse la zona de la boca si las han ingerido. 





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