"Amenazó a mi hermana con tirarle ácido en la cara"

La familia vive conmocionada la noticia y asegura que Violeta era acosada

La madre y el hermano de la víctima
La madre y el hermano de la víctima
Javier Pajarón
22:38 • 10 abr. 2017

La familia de la víctima vive conmocionada por la noticia del crimen machista perpetrado en El Alquián. Aunque no existía denuncia previa, aseguran que Violeta de 24 años sufría una situación de acoso tras la ruptura de la relación sentimental con Rodariu A. A. de 29 años.




“Escuchamos el ruido muy fuerte de un coche y ella desapareció”, recuerda visiblemente afectado Vasile, hermano de la fallecida. “Primero pensamos que estaba con una vecina y luego llamamos a su móvil, pero contestó su ex novio y nos dijo que mi hermana no quería hablar con nosotros y que estaban en Roquetas”.




La familia denunció los hechos e intentó sin éxito volver a contactar con el presunto agresor. “Apagó los móviles no volvió a responder”. La traumática ruptura con Rodariu A. y las frecuentes amenazas de muerte encendieron todas las alarmas.




“En diciembre estuvo en la cárcel y cuando salió mi hermana decidió que no quería estar más con él”. Entonces comenzó el acoso. “Empezó a amenazar a mi hermana, que iba a matarla, que iba a tirarle ácido en la cara...”, lamenta Vasile de 17 años de edad. El presunto agresor, ahorcado en un invernadero situado a pocos pasos del Cortijo Pisalé donde reside la familia de la víctima, incluso afirmó que mataría a Violeta durante un viaje a Rumanía hace unas semanas.




Investigación
El Grupo IV de la Policía Judicial de la Comisaría de Almería ha abierto una investigación sobre el crimen, aunque en estos momentos el caso se da por esclarecido, únicamente a la espera de las posibles diligencias de investigación que requiera el instructor.




No obstante, la familia de Violeta pide que se indague sobre la presunta participación de otras personas en el suceso. Su madre, del mismo nombre, destaca que era una chica corpulenta y que resultaría “muy difícil que se la llevara solo”. El cortijo tiene un único acceso (un camino muy estrecho) y el agresor debió sacar a la víctima de la casa y arrastrarla unos 20 metros hasta la vía principal, el Camino de Torrehoyo.






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