Pasan muchas horas expuestos al sol, en los entrenamientos y también en los partidos y cuentan con miles de seguidores que se fijan en cada paso que dan. De ahí que los jugadores de la UD Almería sean el “ejemplo” perfecto, dice el dermatólogo José Luis Martínez Amo, para ayudar en la prevención contra el cáncer de piel. “Ellos están muy concienciados y saben lo importante que es protegerse del sol, no solo cuando van a la playa, sino también a diario”, apuntó ayer, en la revisión que, por tercer año consecutivo, realizó este prestigioso dermatólogo a la plantilla de la UD Almería.
En el vestuario y una vez finalizado el entrenamiento, uno a uno, fueron pasando por las manos y la mirada experta de Martínez Amo, que revisó palmo a palmo el torso, la espalda -en algunos casos, como el de Borja Fernández, completamente tatuada-, brazos, rostro y piernas de los futbolistas. En ningún caso hubo nada que reseñar, pero el dermatólogo les insistió en un mismo mensaje: que hay que ponerse protección solar siempre, porque los melanomas se curan hasta en un 99% en fases iniciales pero tienen índices de hasta el 80 por ciento de mortalidad si no se atienden las señales.
“Me pongo crema siempre porque el sol me encanta, pero sé que no es bueno. Aquí en España tenéis mucho sol y tengo que cuidar mucho mi piel para evitar problemas”, apuntó, después del examen dermatológico, el defensa italiano Marco Motta. Tras él, pasó la revisión el centrocampista Borja Fernández, el central Henrique Sereno y Casto Espinosa, el portero de la UD Almería. Fernández señaló que se había quitado algunos lunares “por estética” y que habitualmente se “embadurna” con protección alta. “Siempre que tomo el sol, me hecho crema, con protección 30 y 50. Pero reconozco que en el entrenamiento a veces se me olvida y sé que deberíamos hacerlo siempre”.
Martínez Amo explica que la prevención es fundamental para evitar que la enfermedad se desarrolle “en un futuro” y que la misma pasa por protegerse del sol y revisarse periódicamente los lunares. El dermatólogo aconseja que esa revisión se realice, al menos, una vez al mes "por uno mismo" y que se acuda inmediatamente al médico de cabecera para que éste derive al dermatólogo si se nota algún cambio en lunares que siempre hayan tenido un aspecto normal.
“Cuando el melanoma es incipiente, tiene una supervivencia del 99%. Es un cáncer que podemos ver. Nada más mirar un lunar, el dermatólogo sabe si es malo o no. Un cáncer de páncreas avisa, pero cuando lo hace es tarde. Nosotros tenemos la gran suerte de que la piel se ve. Es nuestra y debemos cuidarla”, señala el dermatólogo.
Detectar un melanoma
1. La regla del A,B,C y E
Los dermatólogos establecen esta regla que se traduce en la asimetría que aparece en los lunares afectados, cuyos bordes y color cambian. Hay que estar muy pendientes a su evolución.
2. La prevención, fundamental
Protegerse del sol siempre y revisarse los lunares ayudan a prevenir el cáncer de piel, que se cura en un 99% si se detecta en sus fases iniciales.
3. Factores genéticos y atracones de sol
“La genética es fundamental. No todo el mundo que toma el sol desarrolla un melanoma”, dice Martínez Amo. La exposición solar intermitente e intensa (los llamados “atracones de sol”) es el otro factor causante
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