El paso a nivel del barrio de Los Molinos

Cuando de niños íbamos en el coche con nuestros padres nos gustaba pararnos en los pasos a nivel a esperar con paciencia la llegada del tren. Nos detenían cinco minutos antes y allí aguardábamos con emoción ese momento en el que por fin escuchábamos a lo lejos el sonido de los vagones. Los pasos a nivel conservaban un aspecto antiguo, pasado de moda, con su valla de madera que manipulaba el guardabarreras, con ese mundo rural que rodeaba  el entorno.

Desde la finalización de las obras del ferrocarril, en los años finales del siglo diecinueve, la ciudad quedó separada en dos por las vías del tren. En los primeros años esta barrera no causó demasiados problemas al tratarse de una zona de vega que quedaba lejos del centro de Almería, pero que perjudicaba gravemente a los habitantes de la Vega de Acá y de la Vega de Allá, que para hacer sus negocios en la ciudad tenían que cruzar por las vías, con el peligro que suponía.

Para facilitar el tránsito de un lado a otro se establecieron los llamados pasos a nivel con sus correspondientes guardabarreras que se encargaban de cerrar el paso a los transeúntes cada vez que iba a llegar un tren y de abrirlo cuando no existía ningún riesgo. Los cuatro principales fueron durante décadas el paso a nivel de la Carrera de Monserrat, el primero que aparecía después de la estación, el paso a nivel de las Peñicas de Clemente o de Gachas Colorás, el de Los Molinos de Viento y el del río, frente al cortijo de Puche.

El paso a nivel de Los Molinos cortaba uno de los caminos que unían la barriada con la carretera que iba hasta la zona de los Partidores y La Cañada. Por allí cruzaba la gente a diario, los que iban a la vega y los que entraban en la ciudad con sus carros cargados de verdura para venderla en la alhóndiga. Era un punto estratégico donde el tránsito era constante, y en el que había que extremar las medidas de seguridad por el peligro que representaba para aquellas gentes la presencia de las vías del tren. 

A lo largo del pasado siglo fueron numerosos los accidentes que se produjeron en la zona, con final trágico en muchos casos, lo que convirtió aquel escenario en un punto negro que estuvo presente en nuestras vidas hasta hace apenas veinte años. Así contaba la prensa un accidente mortal ocurrido el 10 de  enero de 1923 en aquel punto: “Ayer tarde, a las cinco menos veinte, ocurrió un lamentable suceso en el kilómetro 248 de la línea del Sur. A dicha hora pasaba el tren correo descendente que, contra la costumbre, llegaba puntualmente a nuestra capital. En dicho kilómetro está enclavado el paso a nivel de Los Molinos de Viento. Cuando el tren llegaba, cruzó la vía una vecina de aquel distrito, siendo arrollada por el convoy pereciendo en el acto”.

El paso a nivel de Los Molinos era el siguiente después del de la barriada de Gachas Colorás. Estaba situado enfrente del camino principal que iba al Ingenio. Desde allí se veían los tejados de la antigua fábrica de azúcar, que en los años setenta sobrevivía convertida en una fábrica de productos químicos. Allí, ocupando uno de los edificios que habían quedado vacíos cuando el Ingenio dejó de producir, estaba ubicado el cuartel de la Guardia Civil de Los Molinos, que estuvo ligado al barrio desde su instalación en 1906. Una imagen habitual hasta los años setenta del pasado siglo, era ver a la pareja de guardia de la benemérita rondando aquellos parajes y deteniéndose junto a la barrera del paso a nivel para echar un rato de conversación.

En la misma calle, frente a la Guardia Civil, estuvo el histórico bar de El Romeral, que fue durante décadas un punto de encuentro de los vecinos del barrio de Los Molinos y de todos los carreros y lecheros que pasaban por allí desde la vega hacia el centro de la ciudad. 

Por las tardes, antes de anochecer, cuando atravesaban casi a oscuras la vía por el paso a nivel para regresar hacia el otro lado del río después de haber dejado la mercancía, hacían parada en 'El Romeral' y allí festejaban las ganancias y compartían un rato de ocio antes de seguir su camino de vuelta.