Esperanza padece obesidad mórbida. Por esa razón le resultaba imposible bajar por las escaleras de su bloque a la calle. Vive si salir de su casa desde hace trece años. Hasta hoy, acaban de instalar un ascensor en el bloque en el que reside.
Esperanza ha afirmado hoy que siente la misma felicidad que una niña en el día de Reyes.Una vez que ha bajado a la plaza y ha hablado con sus vecinas, decía: " Me quedaría aquí hasta la noche".
Durante la entrevista con SER Sevilla, Esperanza prometía bajar cada día, "ójala pueda hacerlo veinte veces al día". Ahora, lo que quiere es poder ir a Chipiona.
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