El párroco de la capital denuncia dos años de persecución y extorsión de los detenidos y rechaza las acusaciones de relaciones íntimas con el adolescente de 16 años en el año 2015. “Lo niego, por supuesto”. El sacerdote, visiblemente dolido, se remitió al contenido de la denuncia presentada ante la Policía Nacional de Almería a finales del mes de junio. “Solo deseo que no tengan que pasar por lo que yo he tenido que pasar”.
En su relato se recogen llamadas telefónicas de los acusados, presiones en la propia iglesia y hasta un episodio en la sacristía donde, según testigos, la mujer se quitó los botones de una blusa con la intención de provocar un escándalo .
La Diócesis de Almería lanzó un comunicado de apoyo este jueves. En el texto asegura que conoció los hechos tras las publicaciones en este periódico. El párroco no comunicó los hechos a pesar de los dos años de pagos continuados a los dos detenidos. “El Obispado está al corriente desde que presenté la denuncia”, aseveró ayer la propia víctima.
Para respaldar su versión, el denunciante aportó, entre otros elementos, la declaración de un testigo presencial del incidente en la sacristía y una serie de recibos presuntamente firmados por la detenido. En los papeles se recogen el nombre de la acusada, su número de identidad e, incluso, una firma con huella dactilar. Estas pruebas pretenden convertirse en una especie de póliza de seguridad para acreditar que los pagos se efectuaron en las fechas indicadas.
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