Los macroalijos de Alborán nutren un negocio de 1.000 millones

Las operaciones antidroga capturan 28 barcos en la ruta del Mediterráneo Occidental desde abril del año 2013

Desembarco del hachís del Lady Boss en agosto. Foto: R.o.
Desembarco del hachís del Lady Boss en agosto. Foto: R.o.
Javier Pajarón
21:39 • 02 sept. 2017

Francesco Mazzota compareció exultante ante los medios en un edificio del gobierno italiano en Palermo. El coronel de la Guardia di Finanza ofrecía la ‘cabeza’ de Ben Ziane Berhili, el mayor traficante de hachís del mundo, detenido en noviembre en una espectacular operación internacional en Casablanca (Marruecos).




La captura del Rey del hachís pasó de puntillas por la geografía de los medios españoles, sin embargo, machó los titulares en Italia como un potente revitalizante en la lucha contra la droga que alimento a la mafia. “Se está librando una batalla crucial en el Mediterráneo”, sentenció el coronel Mazzota.




Alborán es el epicentro de la guerra naval del siglo XXI. En sus aguas nace la temida Ruta del Mediterráneo Occidental, escenario de las mayores operaciones contra el tráfico de hachís en la última década.




Desde abril de 2013 hasta el mes de agosto de 2017, las operaciones desarrolladas por Vigilancia Aduanera (Hacienda), la Guardia Civil, la Policía Nacional y los servicios de inteligencia españoles y extranjeros han culminado con 28 grandes alijos decomisados.




La valoración del estupefaciente oscila entre los 700 y 1.100 millones de euros, según la tasación de las sentencias judiciales de la Audiencia Nacional y el Tribunal Supremo (en los casos ya cerrados).




Los decomisos superan las 400 toneladas de hachís, si se incluyen las cargas que salieron del radio de acción de las autoridades españolas y terminaron apresadas por Italia o Francia.




El mercado Todos los alijos presentan los mismos rasgos. Están embarcados en viejos buques y pesqueros de banderas exóticas, tripulados por sirios, turcos y egipcios, sin armador conocido ni carga legal. Las naves  cargan la droga en aguas internacionales frente a las playas de Marruecos y luego surcan las aguas del Mar de Alborán pesadamente con destino a Libia y Egipto, presumiblemente como paso intermedio a mercados europeos.




Aproximadamente la mitad de los barcos decomisados desde abril de 2013 acabaron en el Puerto de Almería o sufrieron los despliegues de recursos ‘acuartelados’ en la provincia (Aduanas tiene un papel determinante en estos operativos).


La ciudad recibió su primer barco en septiembre de 2013. El Moon Light transportaba 14.370 kilos de resina de cannabis. Se descargaron laboriosamente con una grúa en la zona internacional del Puerto de Almería ante la atenta mirada de responsables de la Agencia Tributaria y la comisión del juzgado de  guardia.


El último buque se llama Lady Boss. Fuerzas de Aduanas y Guardia Civil abordaron el mercante a 32 millas de Almería el pasado 8 de agosto con 18.000 kilos de hachís en su bodega (a la espera de pesaje y tasación judicial).


La nave tenía bandera de las Islas Comoras, una república africana de inspiración islámica situada entre Madagascar y Mozambique. Estaba tripulada por ciudadanos ukranianos y búlgaros y su destino, como es frecuente en estos casos, aparece en una nebulosa de indicios y respuestas evasivas de los 13 detenidos.


Los barcos cargaron en Marruecos regularmente desde la primavera de 2013 y sufrieron un parón de meses tras el arresto de Ben Ziane Berhili en 2016. Sin embargo, durante 2017 la ruta cobra nuevos bríos. No en vano, Vigilancia Aduanera ya descargó a finales de mayo 12 toneladas de hachís de un velero amarrado en el Puerto de Almerimar (El Ejido).


El mercado es millonario. Los precios de la droga varían según las calidades del producto y los trámites necesarios para su entrega. Es puro capitalismo. Oferta y demanda. Gastos y beneficios. La resina es más cara que el polen y la distancia y el riesgo elevan la factura.


En las sentencias judiciales la horquilla de tasaciones varía entre los 1.700 y los 2.800 euros por kilo de droga. Son precios elevados en comparación a las tablas publicadas por el Plan Nacional sobre Drogas, institución que analiza el ‘sector’. Claro que el mercado es diferente y los costes complejos...


ONU e Interpol alertan de la conexión con el terrorismo
Las mayores instituciones de seguridad vinculan la ruta de los grandes alijos de hachís en el Mar de Alborán con la financiación de grupos armados y terroristas, especialmente en el norte de África y Oriente Medio.


El Departamento de Seguridad Nacional, órgano vinculado a la Presidencia del Gobierno, advierte del peligro en un informe de 2015. “En cuanto al narcotráfico, los grupos de crimen organizado que actúan en España continúan especializados principalmente en el tráfico de cocaína (...) y en el tráfico de hachís, especialmente a través del Estrecho y costas andaluzas, si bien con una tendencia a potenciar la ruta del Mediterráneo oriental, vinculada a la  financiación del terrorismo islámico”.


El mercado del hachís mueve, según datos del Ministerio del Interior, más del 20 por ciento del crimen organizado en España. Solo la cocaína (más cara y con gran  demanda) lo supera.


Europol también describe conexiones entre el hachís, las armas y el terrorismo en un informe publicado tras la Operación Rosa de los Vientos, el mayor golpe contra la distribución de cannabis en el Mediterráneo, parcialmente desarrollada en Almería. “Existen datos de inteligencia convincentes que sugieren vínculos con el tráfico de armas de fuego (...) Además, las rutas utilizadas, los flujos financieros y las nacionalidades de los criminales apuntan que algunos de los enormes ingresos generados pueden destinarse a financiar las actividades de grupos terroristas o sus asociados”, reveló el pasado mes de diciembre.


Por su parte, la Oficina de las Naciones Unidas contra la Droga y el Delito (UNODC), ahonda en el análisis en su memoria anual 2017. “Los grupos europeos de narcotráfico suelen involucrarse también en la falsificación de mercaderías, la trata de personas, el tráfico de migrantes y el tráfico de armas”.


“Hay indicios de que Al-Qaida en el Magreb Islámico ha estado involucrado en el tráfico de cannabis y de cocaína o, al menos, ha dado protección a los traficantes”, añade la agencia especializada de las Naciones Unidas.



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